BCCPAM000544-1-02p31d00000000

ici elas > his ts ell 24 terror indecible; y aunque ella no sintió palabra al- guna, oyó que en su interior le decían: “Eres ator- mentada así, porque escribes y dices á tu confesor lo que ves y oyes en tus visiones; te he de hacer toda la guerra posible; no te he de dejar ni un momento de reposo; no he de parar hasta que te mate. Quedó nuestra pobre pecadora toda quebrantada v magulla- da, sintiendo en todo su ser un grandísimo malestar. Llamamiento á España y porvenir de la Iglesia. El día 24 de junio le fué de todo punto imposi- ble á Hermana Cruz hacer oración; sentía una pesa- dez inmensa y un malestar insoportable, no podía ni siquiera pronunciar una palabra. Rendida de tanto luchar inútilmente por hacer oración y no pudiendo estar ni aun de pie, se dijo á sí misma: “Me sentaré en la cama, y leeré por lo menos un libro piadoso, ya que no puedo hacer otra cosa; esta será hoy toda mi oración. Sentada en su cama Hermana Cruz, se puso á leer la vida de Santa Margarita de Cortona, la Mag- dalena de la V. O. T.; mas tampoco le fué posible leer; una fuerza invisible le arrancaba el libro de las ma- nos y se lo quería cerrar; estando así forceieando pa- 'a Teer algo en aquel libro, oyó un palmotazo muy es- trepitoso en la silla de madera que había puesto junto á la cama para dejar en ella el libro después de su lectura.—¿Qué haces aquí, maldito?, dijo ella en- tonces, sintiéndose animada de un valor que no acos- tumbraba á tener en estos casos. ¿qué es lo que bus- cas aquí? Ya sabes que soy víctima ofrecida á Je- sús. El es mi único dueño: jamás tendrás tú en mí parte alguna, márchate de aquí, que no conseguirás nada de mí cuando me quieras tentar y coger me me- teré en la llaga del Corazón de Jesús. y allí estaré se- gura, y tú no me podrás hacer nada si sacar de allí. Se derretirán todos los hielos á pesar tuyo; el fuego

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz