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MISIONES Du 199. — «Este lllmo es monje pun mo, de vida inculpable yy grande amig de Dios: lo infiero de su Ellis: humildad y de una ternura de cor zon tal, que de cualquier cosa devota llora sin término. Le debo mucha claridad y partic ular satisfaccion: quiso comuni carme interior Songs IoLi0 Ada 16 tirarse, que en todo hará lo que di ga este ignorantísimo Sacerdote. S su aspecto edifica, viste con el mayor rigor su hábito, sin otro distintivo que el cuello y vueltas de la capa, el pec toral, el anillo, y el forro del sombre Quería ir conmigo á Baza á pié, varios disturbios que allí hay; mas estoy en decirle no conviene, pues lo ha dejado á mi voluntad. Parece se saca mucho fruto; dicho Señor había dado órden en el pueblo de su jurisdic- su i vÍO ro. por cion donde había de parar en mi viaje, se nos diese en todo los honores que á su persona, y P. Cura, la justicia con todo el lugarito, sólo faltó el palio, pues hasta las campa nas repicaron. ¿A qué digo todo esto? por obedecer á V el Señor le dé á así salió el conocer mis faltas de humildad en la vergienza con que lo digo. 200. —- «No acabo todavía. Me falta decir que estos dias stimulus carnis me anda tan furioso que me tiene muy acongojado. Tira con tanta fuer a, que no sé hasta donde me arras- tra. Dios tenga misericordia de mí. Esto me hace temer haya en mí alguna so- berbia oculta, que castiga el Señor con este ardor de mis pasiones nada morti ficadas.— V. perdóneme le haya cansado tanto; y tenga presente oracio- nes á este monstruo de maldad (;¡ ah, el mundo lo entendiese!) para pedir á en sus SI Dios por mi remedio, pues en Y. lo fio todo. Yo siendo el que soy, no ceso de pe dir á Dios por Y, Padre de mi alma, y en todo, y para Aleta me voy con V.á consultarle y pedirle su bendicion. Si V. me viese, me hallaría ce pd rogando entre sus pies. » 201. — Su piadoso Director le bió dándole salud: pe: consejos, prin- cipalmente sobre el espíritu y vida de fe. A lo cual el Beato, ántes de pro seguir su narracion, respondió (1 « V. me dice que tal vez estaré ata- escri- a (1) Carta de Málaga. 18 Junio 1779 GU ADIX * BAZA. 11 reado de que repite una misma cosa que es la siempre me encarga y Fe; y yo le respondo que ese es para mi maná que nunca fastidia, porque trae consigo el gusto sabor que V. quiere y yo necesito; y cuando leí su expresion, me ocurrió al pronto: P. mio, modo el O ¿l onto, , ; ; ha de fastidiarme st este es al del ( 'antie tieum novum de los Bie naventurados? No, P. de mialma, no es así, Cada vez que V. me lo repite, aunque sea en una carta ó en un ren- nueva inteligencia, un todo nuevo, mismo, tiene distinta eficacia, y glon que no sé explicarlo Tenga V por cierto, obran en mí sus palabras, lo que V, quiere que obren: á no ser que mis pe cados alguna vez lo impidan: y cada vez que leo sus apreciables cartas, encuentro. nueva luz, esfuerzo, y se guridad; Dios nuestro Señor dé ú4 V, á conocer lo que yo no sOy capaz de de cirle por la prisi con que OS. cribo; compendiaré los asuntos cuanto pe da 202. — Pero: volvamos al asunto de las Misiones. Concluida grandes frutos y general aplauso la Mision Guadix, salió el Beato Diego para la de Baza, en cuya ciudad había un escandaloso pleito de muchos años y enredos entre distinguidas, á quienes se agregaban en partidos y bandos los principales vecinos, ca- familias: y habían llegado las un punto que todos juzga- ban que sin un milagro de la divina misericordia era imposible el arreglo y pacificación de los Ll ins- trumento de la mise- ricordia divina fué nuestro Beato, quien nos refiere sus sentimientos y tri abajos apostólicos en Baza, diciendo en la misma En la Mision de Baza y aun desde que se dispuso el viaje la, reconocí mi interior poseido de una notable dureza para el trato con las gentes de allí: había un escan- daloso pleito en la Ciudad de muchos con de personas sas y Cosas « ánimos. este milagro de carta: años, y enredos entre un Señor Ca- nónigo dignidad, el Señor Corregi- do, v el señor p rovisor, á quien se R egaba en partidos, llevando los prin- cipales vecinos, y familias: todos juzgaban por imposible salvo un mi- lagro) la composicion de tanto enredo. Llegué al pueblo, acompañándome el Obispo á] 6; LO- Casas senor conmoviose
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