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MISION DI vidad, sólo levanté la voz en alguna au toridad latina que refería, lo demas fué serenidad y mansedumbre: y concluí con decir á la Universidad que este era el fin de su establecimiento por el Señor Cárlos V, el extirpar errores etc, que á eso me había obligado la tarde ántes, con juramento solemne y que U ados de bís 1Mm0Ss Ce ñie le ..8 spi ads 1 COMO los setenta valentísimos de Israel, para defender el lecho de la esposa, De aquí resultó que muchos Seño- res del "Acuerdo lo tomaron tan mal, que se juntaron á tratar del sermón, y enviaron una deputacion al Señop Arzobispo (que no estuvo en la función, porque dicé que oculta fuerza lo inclinó á no ir), quejándose de que había yo hablado contra el Gobierno. 192,— « Entre los Señores de Can- cillería muchos son en extremo alectos á mí, otros desde este caso no. Su lllma. con buen modo aplacó los ánimos, para qué no se avisase á la Corte por oficio; y les satisfizo con que me pre- vendría no volviese á tratar de estos puntos, como así lo hizo, llamándome separadamente, y con mucha claridad y modo, exhortándome á que no predi case estos asuntos, porque me ponía ñ peligro de que se me quitase de ar- ba la predicación, y perdía predicar mil sermones, por OÑicar uno, y sin fruto. Le agradecí su caridad, y le dije que si había errado, me pe rdonase : me dijo que no había yerro, sí sólo no ser tiempo ni lugar para estas doctrinas. 193. — « Despues supe por un sugeto particular y distinguido, que otro es taba itlido y en aquella noch había escrito tres pliegos para la Cor te Aquí hizo la carne su oficio, en un poco de sobresalto pero se que dMdó en los principios, y se redujo mi descon suelo al interior, pero con paz, hu mildad, resignación, devoción, y no pequeño esfuerzo. Sólo me -afligía y aflige sin consuelo, el si disgusté á Dios en algo. A mí me parece no fué mio; porque en las pocas horas que tuve para pensarlo, no me ocurrió o- tro asuntó, ni otras especies; y aun algunas vinieron estando preparándo- me para decir Misa, de suerte que hube de apuntarlas, conocí apego inte- rior en ellas y me acordé de las ins- ines que debo á V. sobre esto GRANADA. 69 y por ellas creo que me goberné, Yo llamaba á V. sin cesar, y con todo re curri 4 V. ántes, en la actualidad, y despues del sermon. Si he errado llo raré mi culpa y haré lo que V, me mande, 194. — « Otra especie. particular de la Mision de allí fué en el sermon de la despedida. Este no pudó ser en la Cate- dral por el excesivo concurso; — hubo (quimeras, espada en mano detras de la Iglesia, pero no desgracias, bendi to Dios Movido de esto, dispuso su lla, fuese en un campo que dicen del 'Priunfo, que está delante de nues tro Convento, y tendrá tres Ó más tantos de la alameda de esa Ciudad. Aquí prediqué desde lo alto de una tapia. — La especie fué, que despi diéndome de todos, manifestándoles el amor que les tenia, les dije, que cuan do alguno se viese en el tribunal de Jesucristo mi Señor apretado de los Cargos, me llamase, que yO abogyaría por él desde acá, y representaría la devoción con que habian concurrido d otr la palabra de Dios ete. Esto o currió allí con no pequeña fuerza y devyocion: la resistí una vez, y volvió otra con igual fuerza, y ú la. segunda Ó tercera ocasion lo dije: conocí gran moción en el pueblo, pero no sé más de sus efectos. Estos arrojos mios me dan no poco que pensar despues, po- ro desecho toda razon dejándome á Dios, para que haga lo que guste de mí. Pero ¿y si no es Dios? lísto son mis temores, y lo que me tiene en una prensa terrible, 193 — « En Granada prediqué á to dos los cuerpos: al Clero, la Ciudad, la Curia eclesiástica: al (Real) Acuerdo, y todos los ministros de la Cancillería: á j ' Maestranza al cada uno a puerta cer- 1sistió Dios para todo, porque de otra suerte no hubiera podido hacerlo; yá cada” uno fué con la pro piedad debida: Bendito Dios. El tema para el Acuerdo y para la Curia ecle- rad Ll, Creo me siástica fué: Conoersum est reltrorsum judicium : el justitia longe stetit... el aequitas non potuit ingredi... Et facta . Et vidit Do- minus. et malum apparutt in oculis est veritas in oblivionem ejus .. Indutus est vestimentis ultionis, et opertus est quasi pallio eli. Sícut ad vindictam. (Isaiae, 59). 196. — « Salí de Granada el dia 10: , i '/ ' | Ñ
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