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A haberse excedido el Beato, por lo cual y más aun para prob su humildad y sumisión le reprendió « Ñ ta sí eridad su Director, quien le mandó pidiese perdon Aa Sus Superiores 1 qe ofreciese para el Cargo que puisies a imponerle aunque d 'Diera retirarse del ministerio apostólico, El Beato Die- go, creyendo haber cometido el mayor desacato, se afligió sobremanera y ll no de dolor y de pesar, 3pondió con la siguiente carta pr digo de obediencia, sumisión muldad (1 « Con el mayor resp Lo y aprecio reci bo la de Y. del 30 del pasado que puso mi corazon en la mayol amar gura, al ver mi yerro y que sé yo si mi pecado; cada clíusula suya era y es un cuehillo que penetra hasta lo más íntimo del alina, Tanto errar. P. mio, tanto separarmo del querer de Dios, cuando toda mi ánsia no es otra que hacerme á medida de sai divino corazon. ¡Ah!;¡ cómo veo con evidencia lo que (sin afligirme ¡qué horror!) gi me siempre mi espiritu, y es que ya como dejad y de Dios en Jjustisimo de bido castizo de mis e ilpas, castiga es tas con dejarme casr en otras ! Justo es Dios y rectisimos sus juicios, yo los dado misio venero; mas no quisiera haber ni dar motivo á tan fuertes per nes, Por último, amado P, y único aliento de este infeliz Lázaro corerom pido y abismo de toda ini quid, la cartazide casó en mi los efectos de rendimiento, resignación ete, que me parece he e Xperimentt ulo sie mpre; y en debido cumplimiento «de lo que me ordena, e mismo salgo de este pa ra el de Antequera á dar satisfacción á mi P. Lector y ponerme en sus ma nos para lo que guste hacer de mí; de su respuesta avisaré á V to que pueda 115 — « A nuestro P. Provincial no he escrito porque se halla en este Con vento, y ántes de llegar la de V, ya le había hablado, y en fuerza de una se vera, des suave cor recelon que me dió, pedi me pe rdonase y dispusie se le. mi retiro lo que quisiese, bien que le rogué, no me diese cargo de Pre lacía, ete. No obstante hoy vuelvo á presentarme, segun V. me lo manda, . lo mas pron y avisaré de todo, Ayer no lo hice por (1) Carta de Málaga 5 Agosto 1777. 14 CAPÍTULO Xmi "a del Convento todo el dia pre dicando de úa P. Sto. Domingo en un Convento de 1s M mas. Urea Y. que si ej asunto viese ren wedio me ofrecería y que sé yo si aun pediría con instan: cia la Maestría culpa y reme Jara satisfacer por mi los escándalos cau- sados en su renuncia; ps ya está de se- nombrado y no hay costumbr ñalar segundo, 116. « Veo, Padre mio, con cuanta razon reprende V. á esta furia de mi a- > partidario en todas indo no dueño total de v. lo mismo que me sucede, pues sé y co- mor pr pro, SIenmpr Ñ mis obras, ellas; mas debo manifestar á nozco no se le ocultan aun los cercos de mi interior, para que «así no pu ¿da yo engañarloe. Dig), pues, que de algu- nos dias á esta parte, he advertido mi interior en una más que mediana in- diferencia sobre mi predicación y va- lor con las criaturas, tanto q re apa indigna- inquiete m aun me llame el Ministerio de la Mision: esto tezco el ratiro, y lo miro e mM ción sio que me era con gran serenidad muchos dias ántes de recibir la de V., y aun creo que de escribirle yo: llegó su carta de V. y este deseo pasó á ser un mirar pavor la prelicacion, en tal grado que áú serme ( mM norror y trato ete, volvería á salir de un rincon ni a montar el púlpito : en es- P. mio, crea V. hablo lo que siente mi corazon y que en esto no ten: Iría la menor violencia, Mas quiero decir á V otra cosa que en mi interior advierto ; esta es, que viendo en mí una posible, jamas sumi- sion y rendimiento inexplicable á cuan- to V. me manda, sin el menor disgus- to 6 inquietud de mi conciencia, tanto que me entraría por lanzas y cuchi- llos con intrepidez, y al oir su voz de V., me arrojaría sin detencion en un horno encendido (así, P. mio, lo siento en mi corazon y lo aseguro con la misma verdad que si estuviese en el Tribunal de Jesucristo, ó á sus pies de V. confesando), esto de admitir la Prelacía y cargos de la Religion me causa un cierto pavor y susto interior cere á V en todo, sea lo que fuere, y aun en admitir las Prelacías (todo el exterior que no sé expresarlo. Obe se conmueve, y el interior se desha- ce) ¿pero qué desaliento, qué horror es este de mi interior ó de mi espt- IP AA PELO TONI A E o ES TADO MEUS OS OTE