BCCPAM000543-1-10000000000000
GRAVE ENFERMI DAD. y por ella no pude continuar en esta Ciudad. Para mí y para otros era cier ta mi muerte en a juel tiempo, por las gravísimas razones que para creerl así nos asistían. No me quedó la me- nor duda cuando el mismo P. lez en que me hacia me lo sienificaba en fer nada Gonza las diarias e ativas minos equívocos; pero que Dios me dilataba vida para que entendiese debía emplea "me en el mi- nisterio de las Misiones. En lo más erave de la enfermedad y en una de sus piadosas visitas, despues de ha- berme exhortado como en las demas á la nezacion de mi propia voluntad sobre el éxito de mi padecer y á la re signacion perfecta en la de Dios, pues to en pie se acercó á mí y con voz imperiosa pero agradable me dijo: Va- mos á vototir (1). Yo que por mi errado modo de pensar, Ó por el miedo e Mm que miraba los peligros de esta vida de seaba le hice presen tes mis deseos y mus temores, entonces morir, a lo qu hablándome' con mayor eficacia repitió: Vamos ú Dior para cumplir los fines de Dios, pues hasta ahora nada tene he- cho. Tenga ha de hacer Mision Córdova, 1 anada, Ja n Andujar, los Pue, tos, Toledo, Madrid, Zara J0Oza, No debo omitir el ningun fundamento que habia en lo humano por aun por discurso poderlo afirmar entendido que en Y Otras pu les, entonces para ni asi, pues llevaba en a juel tiempo pocos años en este ministerio, y en ellos no Vargas despues y J 4 pu a l del Poz Canór jue lu z Sinodal de Sevilla, con el P. Gon zalez, Director del Beato. por la nma 1 muert del sieryode Dios, entór 8 gravement ní le dijo Pa G 1 1 dol ' era ] Diego! ¡ será una gran p la ! A] 11 l piadoso Dire le respor N 1 1 Al A. porque tiene que bajar m para ! ra y £ Y Dios ' 4 at ( y prosigu'endo el P. G ilez la er 1 stas 18 No $ 1e ten s la ' ide Fr. Diego Jos Ñ / Ñ 1 108 por 1 envidia los ! r S. Pablo. No hay ninguno sem n con l ciencia persuasion 1dzura para conven- cer el corazon más endureci ne es muy se ble. amigo mio, el 'e t jue morir y( intes que el, porque quisiera se supiese guien es est Relizioso, mas Dios ordenará las cosas de modo que haya quien lo diga. » (Proe. P. 8, a. 19). ACERCATI A MÍ. SEVILLA. y había salido de las Andalucias bajas, ni tenia antec dente ¿ sunno pura pen sar que sucediese; pero ello se ha vis > todo cumplido, pues Zaragoza y otros pueblos pue me señaló , donde aunno he pasado, lo han suplicado á mis Superiores y por estos se ha con descendide (1 1) 1 l libro € Ss do esto Uunvento e Capuch s de Sovilla, « su KR, P, Guar an Í Fe M e Hardáles ex-Lector de sa rada Ti ría: 1 la de 17 en el 1 Sede cant y k A Ci id á predi nad Ñ ) Mernidad de las más $ Señoras de ella, por medio del S Dean gu An ) Carril Go dor de est bispad n sede vacint IP. Fr. Diego di signe Mis lo nuestra santa Provincia, cuy eva licos ecos han resanado en las ciuda des principal le Andalucia con admiracion de cuantos | tan, son extraordinarios los eloglos e que l 114 este Anos'ó varon los hom - Pes más distinguidos en literatura confesando todos en él hay asistencia particular del Es tu Sant No contin: wr entóne su tarea ipostólica, p el quinto dí1 de su predicación entermo de un agudo tibardillo suspendió por este motivo su tarea y difirió hasta otro tiempo, y en efecto volvió á esta Ciudad el dia 30 de Uctu de 1776 llamado por la Exma señora Du- sa Medinaceli 4 predicar la Novena de Nues tra S 1 del Amparo en la Igles'a de Santa Ma a Magdaleni1 y de Pues continuar su Mision...Y co 19 en dicl nera Mision que hizo el P, Diego en la Iglesia del Sagrario de S villa cayó enfermo ] día 5 con tabardillo; hizo 1 pusieran sobre la mesilla que 4 14 los pies de la cama en su elda de la enfermaría un Cru Mjo grande para estarlo mirando y le sirviera de neditacion y ha cer el ejercicio de last oras que el Señor es- tuvo pendiente en la cruz hasta que espiró lo . iba con tan dulces y encendidas jaculatorias ¡eel P. M, F Francisco Javier Gonzalez de los Mínimos, entraba en la colda del enfe no pot mañana tarde, viajando todos los dias dos veces desde su Colegio y volviendo á él, todo el tiempo jue du la enfermed 1d Je espicio de un mes, se sentaba « ma silla y sin hablar palabra esta- ba admirándose de ve oir al P. Diego con cuanta resignación pasaba sus molestisimos mas. le 1 conformidad ispiraciones ú Jesus crucificado, que el dicho P. Maestro dijo al R.P. Guardian Fr, Felipe de Hardales: « Permitaseme, P., que aprenda en el P Diego el ejercicio la muerte de la cruz de nuestro Redentor, po $ tanta la dulzura que siente mi alma e no tengo voces para explicarlo.» Y aunque por los médicos se había prol lo entrar en la celda del enfermo á toda clase de personas para que no per- mitió á dicho P., atendidas sus circanst ANCcÍiAaÑS, para le molestasen y calentasen la cabeza. se 1 que entrase, por el consuelo Jel enfer. propio y
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz