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MISIONES DE pero aunque se tenía por imposible la reconciliacion, no pudieron resistirse los partidos á la poderosa fuerza de la divina palab 2 anunciada pi su ministro animado por el espínrt le Dios. Frutos de esta mision fueron tambien la generosa resolucion con que dos Señoras emprendie: con a edificacion la vida devota, consagre la una Ana di tra á segundas nupcias para di Dios en el convento de Sta. devilla y renunciando la o g 1"Se sin mento al servicio de mejor espo debe r al rovecha- 1mpedi s0. Una y B. Dieg miento. otra reconocieron ) su conversion y El jefe de uno tidos opuestos, tiempo de la conservó y cumplió con aj Í de los dos par sin embargo que en el mision, Y aleuno desp 168 las condicio- nes de la paz, O mconstante 6 Ca pri quebran choso por genio, las mt nto tar y reproducir la discordia: pero tu vo luego la mano justa del Señor por hu milló le abatió y vino á la mayor des nuevos y sensibles medios que le ventura, aborrecido de todos y aban donado de los protectores que le sos tenian. 15. — Concluida la Mision (1), sin des cansar el B. Diego dió principio á la de Osuna capital del Estado, ya porque de allí esperaba la mayor firmeza la 0 en Moron, de lación que acababa de hacer dependiente del de Osuna, ya porque tampoco en esta gobierno estaban acordados los ánimos: como se consiguió, Fueron muchas las conver la favor de Dios siones que aquí hizo, y entre ellas, de una alma que con el se había reducido al camino de la sal- vación, con particulares señales de ser una de aquellas privlegiadas, á quien el Señor como á otra Magdalena. Tais Ó Margarita de Cortona, elige para ir con eficaz auxilio dirigida á lo que en aquellas VIMOS, 16.— Acabada la Mision de Osuna. sa lió Fr. Diego prontamente de allí á pre 1775 en S. Ro que, campo de Gibraltar, bió órden de s su dicar la Cuaresma de porque reci 1 Provincial en que le mandaba fuese. porque Cádiz asi lo queria el Sr, Obispo de de tos generales y Kn esta Cuares ma ademas ser copiosos los fru- pi comunes en todas sus 1) Carta 19 Diciembre 74 MORON, OSUNA, SAN ROQUE 381 misiones, fué singular el de la modes tia y honestidid que su pre dicacion en las Señor: ares que halló título de mar immodes- tisima taparor todas sus gargantas, bajaron sus 1 pas, dejaron los: calza dos brill s de colores, cesaron los balas y escandalosos « irtejos, y al fin de la Cuaresma, aquella marcialidad ¡ibertina, se halló convertida en públi ca y edificante devocion v honest dad, (1 Cuando determinó nuestro B, Diego. cumplida su Cuaresma, salir por el mes de Abril para donde la obedien- cia le ordenaba, d S] uso el indico en cuya casa había estado dicho tiempo que le acoln púunuse un criado con un bagaje y provision de alimentos para que le fuese asistiendo y sirviendo por el camino: pero por más instancias que le hizo no pudo consi gutr que lo acep luse Valiose de la luerza, y le dijo en resolucion de Síndico que había mandaba Diego puso en pudo facilitar la fuga, y cómo siempre salió solo a pie, de IP acompa ado pi Pque 6] en su alló el y luego que la casa. se Casa, ( Beato Ss] lencio, con su bácu lo y Crucifijo, Cuando llegó la madru gada, ya estaba bien distante del cam po de S. Roque, Conocida huida dió órden el Síndico preve su al criado en s y no lo dejase hasta que Obedeció, nido que lego luego fuese su si guimiento, llegase á su destino. pero habiendo sabido por uno que venía á d. Roque que llevaría Cuatro Ó más leguas adelantadas quien le regresar, tir y el Capuchino por preguntaba, hubo de desis- Su pobreza, su abne- gación y su anhelo por la perfecta observancia regular estan sobre todo encarecimiento y ponderacion, CAPITULO IX, El Solitario de Ronda (1773-1774) Sabido es que nuestro héroe pa en Ronda don- Orden Pe- las idas y paradas del B. Diego en aquella ciudad no eran efecto, ni de despego á la Re- saba largas temporadas no había convento de la ro es tambi muy cierto que
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