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SOLEMNE BEATIFICACION 36 sin número de fieles de otras partes del mundo la solemnidad del dia 22 de Abril de 1894, en cuyo dia fué beatificado en la Basilica Vaticana el admirable Misionero Capuchino Fr. Diego José de Cádiz. « No queremos ver más », decían entre risueños y llo rosos los peregrinos al salir de San Pedro. « Todo lo damos por bien em pleado, molestias, sacrificios, con tail de haber presenciado la fiesta de hoy. » Y tenían razon, porque las magmificen cias desplegadas en estas funciones, il lo por miles de almas, constituyen uno de e V el Soberano Pontífice aclamal sos espectáculos que forman época en la vida de los que hemos tenido la dicha de presenciarlo. Procurarémos dar de ello una idea, que siempre será fra comparada con la realidad más espléndida que puede imaginarse. 1210. A la peregrinacion de los obreros españoles se debe la restitu cion de toda su brillantez á la cere- monia de una beatificación : estag, ve nían celebrándose en el inmenso salon que se halla sobre el pórtico de San Pedro; pero nuestros romeros han he- cho necesario un espacio mayor, y el Papa ha permitido que las de los dos Beatos españoles Juan de Avila y Die- go de Cádiz se celebraran en la Ba silica Vaticana, y otra vez se ha vis to en el templo mayor de la Cristian dad el lujo, la magnificencia y el buen gusto unidos en feliz consorcio para producir impresion arrebatadora en cuantos tuvieron la dicha de contem plar tan bello espectáculo. Riquísi mas coleaduras de seda carmesí ga lonea lo k amplios muros interiores de: la Basí ] ' 1 e£ oro vestian part de los lica. habiéndose añadido á la decora cion del Domingo anterior una inscrip cion en letras colosales iluminadas con reflejos bellísimos de'colores, llevando nombre y escudo de Leon XI!L Miles de luces, formando tres € lips 8, rodea ban el trasparente que, coli cado sobre el Altar de la Cátedra de San Pedro, en el centro del ábside, repr sentaba la gloria del Beato, obra magnífica del pintor Vicente Monti En los otros dos grandes cuadros puestos á 's lados de la inmensa capilla aparece en uno de ellos el reconocimiento « del B. Diego cuando sesenta anos despues de su muerte se ve surgir la sangre. de sus huesos, á presencia del Postulador de la causa y de los pert- tos españoles que contemplan admira dos el espectáculo, Al pié lleva la si- guiente Inscripcion Eruta a seput ro arida B. Dida l ossa anno 1867 : Sex supra sera j ointa ab ejusdem obulu € J ADpsiS, MuPA-: bil prodigio tenuerunt spectantes : Sanquas eis effiurit el sanquint suppostía lintea aduerunt. 1211. — En la otra pintura se ve ú una hija de la Caridad Sor Adelaida Quirós y Herrera,.que agonizante re cobra la salud merced á la oracion ue eleva al santo capuchino. Con la circunstancia de que esta religiosa hoy anciana asistía, como hemos di cho, 4 la funcion de San Pedro, ha biendo sido presentada al Pontífice por los prelados de Andalucía. La inscrip cion dice así: Adelaidem Quiros Herrera ex His palenst Congrecatione Sororum a Uha ritate teterrima phitlusis abvsumpseral, ; j deposurrunt medentes, j¡anuam mors afflabat, ad fut incvocatus B. Didacus, reotrull e templo salus, Adelais sur gt incolumas. 1212. 0 aspel Lo del templo VIS to desde cualquier punto del crucero era imponente y por demas majestuo so. Entónces, en actos como este, o comprende porque San Pedro es así y no por el estilo de nuestras cate drales ojivales. No es sólo un lu gar de recogimiento para el cristiano, donde ha de buscarse silencio y sole dad para entregarse «a la Oracion; €Ss un monumento de triunfo, el. triunfo de la religion en todo su e plendor y f 'andeza Dos son las funciones de las beatificaciones; la de la mañana en que sí promulga el Decreto que coloca sobre los altares al Siervo de Dios, y la de la tarde en la que el Vicario de Ji uveristo vien a venerar á quien ha glorificado con su Decreto. 1213. Desde las seis d la ma ñana había ya junto á las puertas de bronce y columnata de San Pi dro al gunos grupos de romer españoles, ¡aba mgular en cuyos sem v á4 medida que alegria y anni iba acercal los la hora señalada para la funcion, que era las nueve, crecía en las calles próximas al puente de Angelo el movimiento de las

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