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A A A 340 CAPÍTULO LXXXIU enfermizo que duraba desde muchos años. El agudo dolor de entrañas, la casi contínua descomposición de su estómago, que por tantos años le afli- gieron, la calentura de más Ó ménos grados que con frecuencia se unía á ellos, todo se. había aumentado con exceso desde Octubre de 1800, pero no por eso había declinado en su costante aplicacion á las tareas de su ministe- rio, ni á las de la pluma, ántes 1os gravísimos asuntos que por entónces le ocurrieron lo sujetaban más -á ella y al estudio. Sin embargo, desde me diados de Enero se notó en el Beato una especie de suspension en sus a chaques, que dió lugar á que se nu- triese algo, á que su color indicase mejoría en ellos, y sobre todo la li- bertad que se advertía en su respira- cion hacía esperar preciosa vida se conservaría algunos años más. que su Pero esta esperanza se acabó de disi- par el 19 de Marzo de 1801. 1116. — El B.-Diego tenía sin duda un cierto presentimiento de su cercana muerte. Ya leimos en el n. 754 las hermosas palabras que escribía á su Director catorce dias ántes de su feli- císimo tránsito: No sé qué iman 6 tirante advierto en mí hácta nuestro Señor Jesucristo, que aun en me lio de mi increible disipación no deja de ad- vertirse, y veo prácticamente el « mihi vivere Christus est». Por este tiempo escribió 4 una persona, á quien dirigía con particular licencia de sus Prela- dos, estas palabras: Desde luegy> pu: de V. determinarse á tomar otro Directo pues ántes de morir celebraría saber á quién elige. Por los+=mismos dias, viendo á su compañero muy atareado en remendarle un hábito, le dijo: Fr. José, no se canse V.C., en esa cos tura, ese cho tiempo) está bueno para el o'aje que tiene que hacer. Por este mismo hábito (aunque serotrá mu- tiempo se le* vió hacer con mucho cuidado varias separaci mes? y legajos de sus papeles, y preguntado para que tomaba aquel trabajo, dijo: buzno es que todo lo encuentren ordenado. Cerca de un mes ántes de su muerte, le escribió cierto religioso muy íntimo suyo, exhortándole á que en considi racion á lo quebrantado de su salud trabajase con pausa y con prudenel y como en chanza le decía: .« por fin, señor Gallego, avíseme V. ántes de 12 hacerle cierto encargul- morirse pal to ». Respondióie el Beato sin- perder correo: « no se tarde V. en hacerme pues mis malecillos « siguen sin alivio, y no sabemos cuan « el encarguito, « tos dias se podrán soportar, Ronda « 6 de Marzo de 18Uu1. » No .se dila- a el religióso en hacérselo, y lo cierto es que el 24 de dicho mes murió el Beato. Finalmente el dia del Patriar ca S. José Esposo de María S5S., des- pues de haber hecho sus acostumbra dos ejercicios devotos en la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz, como despi- a diéndose de ella, visitó tres veces fue de lo ordinario á su dulcísima.Madre y keina amabilísima que con el dicho título de la Paz se venera templo. Luego visitó á glares que tenían el nombre de José, cosa que no acostumbraba, pues sólo impelido de la caridad ( de otros mo- tivos. semejantes hacía visitas á se- glares. 1117. -- El B. Diego vió venir la muerte con serenidad, si bien no le faltaron aquellos momentos de temor suele probar á sus en aquel algunos se: con que el Señor fieles Siervos para purificarles más y más. Toda su vida temió la muerte, porque en su heróica humildad se creía el más indigno de los hombres, pero la esperanza triunfaba siempre. Por temor de morir sin recibir los santos Sacramentos, tenía suma repug- Sólo se le nancia á los viajes por mar advertía temor natural al embarcarse, dice el P. Sevilla; pudo evitar muchas incomodidades y trabajos en sus via- jes, mas siempre lo rehusó, y persua diéndolo á que lo hiciese ciertos ami* gos en una ocasión, les dijo : « demo « á la muerte, pero más, temo que « venga á mí sobre las aguas” M0 « quiero ni remotamente exponerme 4 bueno es « sudar y pasar trabajos para temer Temió en « morir sin Sacramentos: « ménos cuando llegue. » efecto al verla venir en su última en fermedad ; y lo que jamas se vió en otra, se le notó en esta, que fué dispo nerse le administrasen algunas medi- cinas, repygnar algunos rem dios, y rogar se esperase á un facultativo de un lugar inmediato en quien tenía confianza y ¿a 4 en pidió se ¡e avisasge aunque al fin no se at ndiese su sú

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