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Dule: da de mit es] za, con el cual abrazando tiernamente un cruci- f1jO terminaba sus sermones y con moví Ss corazo Proe. p. 130). 1062. Toma el Misionero en sus manos el Crucifijo, esta arma tan po | derosamente traducida en el púlpito l: primera voz por los Predicadores Ca puenhinos; ya no hav quién sepa sistirse: con esta llave omnipoten! de la Cruz que fué capaz de abrir las puertas del cielo, se hace dueño de los corazo y de sus má cultos senos y se roba las y Juntades de to- dos... ¡ Dulee d esperanza ! ¡ Que volcan ! Vesuvios cae sobre los oyentes al de cir el fogoso Misionero esta tiernísi ma, inimitable expresion! Pero su al ma, decía el mismo Venerable P., se le abrasaba entónces más que nunca con un fuego más. que inaguantable, todo celestial y divino. (Grazalema, p. 48). 1063. No cansaban sus sermones aunque durasen cerca de d : todos anhelaban que durasen - más (Proc. p- 128 Cru lad, dando misiones pi nueve das en la Iglesia de N. P. Sto. Domingo, porque era la mayor de todas. Pre- Predicó en una dicó ¡igualmente á puerta cerrada al Clero durante tres -dias en la Iglesia de las Monjas de la Concepcion de la misma Ciudad, y es voz constante sin ninguna cosa en contrario que admiró ú todos la pureza y claridad de su doctrina y la eficacia de la divina pa labra en sus labios, porque parecia en el púlpito un Serafin penetrado del más puro amor de Dios, especialmente tuarido con el Crucifijo en sus manos pronunciaba aqu llas amorosas p 11a- was: Dulee vida de 1 esperanza, á las cuales no había corazon por duro 1e fuese que no se enterneciese. Proc. p. 129 1064. 2- Al tiempo de su predicación no se oía por las calles sino los cánticos del sagrado Trisagio, apr surándose la gente á poner cuadros de este Mis terio en las mismas calles juntamente Pasion de Nuestro Señor Jesucristo. (Proc. p. ' 15 con muchos trofeos de 7 — Los sermones que hacía el vo de Dios Fr. Diego José de Cá sier diz eran sumamente largos, y no dis- gustaban á los oyentes por la altura O VICIOS Y LOGIOS 327 y na 1 de s 10 ina, y por ía e 10n 4 f isaban en los cora y nes, notándo z misma entereza de vO 1 fina "om al principio de sus ser S. ves en el púlpito de un modo particutar, pues no se movia su uerpo, y parecía que sus pies esta an sin*movimiento y que leía lo que ] licaba. (Proe. p. 132 1060 | an estos serniol s lespertó a admiración de tod 1OS Oyentes por la profundidad, por la :extraordi | naria abundancia de textos de la sa £ Kseritu por la igual facilidad en citar los Santo Padres, por su convincente y edifican te. sus labios llenos de amor de Dios Madre mente llamaba la atencion y era ca y de su santísima Singular paz de conmover 10 corazones. por más duros que fuesen, « ando al to mar en sus manos el cruetfijo lo abra zaba € inundaba de llanto con estas tiernísimas expresiones : dule; ida de alma, dulee alma d mi vida, amo rosís.mo Jesus mio, Padre mio, Reden O nu [ $ alma Los sermones duraban hora y media, durante cuyo tiempo aquel numeroso concurso guardaba un profundo silen c1o la que en el Padre se observase la más leve fatiga, y cuando termina ha no se sentía otra cosa que bende cw á Dios nuestro Señor con estas p labras: Dios ea bendito, este Pa dre es un santo, y no puede hacer esto sin particular auxilio del Señor. (P p. 112 1056 - Girande fué el concurso, y los fieles por más quet das la puertas de ) la catedral de Orense estu viesen abierta á po fía querían todos sus palabras. Parecía ha blar con espíritu encendido en amor le Dio y tal dos fieles que si no hubiera termi onmoción produjo en nado pronlo la mision, que duró 018 dias solamente, hubiera di poblado toda 1 Provincia. Era admirable verle con la efigie del Señor en sus manos arrasados sus ojos en lágrimas, á cuyo espectáculo se ablandaban los corazones más en pedernidos y obstinados. Hizo con u admirable dostrina en los po- cos dias de permanencia en la mis- ma ciudad, varias reconciliaciones: y muchas conversiones, y por las calles y por las ferias en las que estuvo el = A A AA ro q PORTA APTA A A a A ATI AA

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