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FAVORES CELESTIALES Y MILAGROS 305 determinó para mucha importancia, conseguirlo ir á Santa Marina y ha- blarle, porque -allí predicaba; pudo en- trar en la sacristia, y lo encontró de bruzas sobre los cajones con el ca pucho calado, y cuando se acercó y de hablar palabra de su con mirarla, le ántes sulta, y Sin cuanto que ría preguntarle, satisfacien do á todo de un modo tan prodigioso, que la señora quedó satisfecha y re- contesto a firió el pasaje con admiracion á su familia. 956, —= Estando el Siervo de Dios en nuestro Convento de Málaga la vís- pera de una de las principales festi vidades del año, se extendió la voz que se iba á la mañana siguiente, y congregados en una celda varios Re ligiosos, hablaban familiarmente sin tiendo mal de aquella caminata, por ser el dia que era; pero estando en esta conversación loco el B. Dieyo á la puerta, entró, y con su acostum brada afabilidad empezó á despedir se (siendo de notar que jamas lo ha cía de este modo), y sin saber cómo se introdujo á hablar de aquel razo namiento que tuvo Jesucristo con los que le murmuraban que curase en el sábado. travendo el dicho del Señor: ¿ Quién aguarda á otro día para sa barranca al buey car de la que en ella cae? y se despidió, habiendo que dado todos aturdidos, y persuadidos que el Señor ideas (1) 997. En la ciudad de Ocaña hizo le. había revelado sus una plática á los-nobles jóvenes del Militar de Caballería, y lle- vando va como media hora de dis- habló así al Colegio curso lo suspendió, y Presidente: Señor. pon;a V.S que por este rato se CcLer ; Mm ren las puertas del Colegio, para que SL es posible, als 1) No suspendía su camino aun mediasen ias festivos r se llevaba esto á bien por al 's. Hablábamos de esto va 2 sus herma rios en el convento de Málaga á donde llegó un sábado. y se decía irse de madrugada, y cuando nincgur lo esperaba, pues no tenia de has erle cos tumbre. toc iz la puerta de la celda, nos salud lesnidiéndose en seguida en las breves expre siones en que lo hiz citó con la mayor oportu nidad las palabras de J. C.: ¡A cuál de vosotro se le cae el asno ó el buey en un pozo en sábado y espera á otro día para extraerlo? y nos de) ) lle- ños de las ideas que son fáciles de inferir, Sevilla). los pobrecitos soldados que están de guardia vengan á otr estas instruccto nes. Se hizo en efecto, y que disgustados y algunos porque no oían al Beato, ma- quinaban su desercion. 958, — Parece que tambien le re veló el señor despues se supo resentidos los erandes deseos y necesidad que la muy noble señora Sindica de los Capuchinos en la Villa de Osuna, Doña María de Ja Concep cion Cepeda, tenia de consultar con rodeaban ; pueblo, 1n- él graves estaba el sistia la dia por casualidad fué la que abrió la llamaron, vió que era el B: Cádiz, y toda llena de gozo y admiracion le dijo:¡ Padre, asuntos que le Beato en otro señora en sus deseos, y un puerta al golpe con que por aquí F— Usted me trae, contestó el Beato. La afirma le anunció el Beato varios de los misnia senora acae cimientos que despues le han sobre i venido 959. En Sevilla había un ermi taño que tenía' opinion de virtuoso, y habiendo encontrado al Beato en medio de una calle pública, en donde había mucha gente, se postró á sus pies para que el Beato lo bendijese; pero con bastante admiracion de los cireunstantes, no sólo no lo bendijo, sino que lo apartó de sí fuertemente y huyó de él con precipitación, Xi pocos dias se descubrió la ' causa del desvío, pues cayó en la Inquisición y fué afrentado y castigado por insigne embustero € hipócrita. Saliendo de Baena donde había predicado mision, no pudo evi 960. — tar que le personas de toda condicion en número, y llegando á un arroyo que está como á paró de pronto y en acompanñasen mucho media legua, se voz alta dijo : Hermanos, encomende- Dios UT mos ( pobre: do que a, aba de morir. y rezó con todos algunas veces el Padre Nuestro; siguieron, y á poco llegó despavorido un aldeano to hombre había caido muer do- asustado, diciendo que un que venia con 61 so to de repente. 061 Fr. Félix de Tribiana, reli gioso lego capuchino, habiéndole dado el Beato para que la entregase ÁáÁ un eclesiástico del cabildo de Córdoba una reliquia de la santa Casa de Lo- reto, donacion que le hizo la Reina 20
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