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na FORTAL EZA JUO muevo una maana en la celda qu versidades, molestias é injurias llenva- habitaba, Lomo el Santo Cristo, el do todo con la más heróica paciencia, Breviario y báculo para marchar : lo pnes en muchas ocasiones el Venera que visto por el que msi ba, y. edifi ble siervo de Dios fué tratado con gado desistió de su pretensión, ala desprecio llamándolo fraile hipó rita. hando su lo y fortaleza, y le. exhor ¿onorante. supersl so, sin que diese tó 4. que con 12 al teson defendiese motivo á estas injurias de las que siempre la causa de Dio nunca quiso vengarse, (Proc. p. 954). 044 Añadimos algunas declara 9418 No sólo consoló á su pró elones que confirman su fortaleza siem jimo, sí que tambien sufrió de él 1n pre paciente y humilde y siempre ni iurias, calumnias, desprecios y perse róica. Fué tan prodigioso en su forta cuciones, como fué público y notorio leza que tádos admiraron los negocios por ser él un constante defensor de los derechos de Dios y de su Iglesia, ardu sv difíciles que emprendi , MM tiéndose con esa al trente y defensa sin que ¡amas se viese por e to mmpa de los derechos de Dio y de su lule ciente, antes Pp rel contractio ( onftorme sia y sosté niendolos prodigiosament á cuantos trabajos y disgustos le so con esta virtud lo restante de su vida brevenían. (Proc. p. 250 El dicho (Proc. p. 2 19). Otro testigo dice P. Cádiz ¡amas e vió. triste ni desa que en el tie npo que lo observó lo vió nimado en medi ) de las mu has ca siempre sereno, plácido y alegre, sin linmnias y persecucion que le ocur ninguna señal de cobardía ni de an rieron, y entre los muchos trabajos que custia nm desaliento, ántes ¡Y contrario emprendió en toda la vida y hasta su lleno de valor contra los filósofos y última hora conservó semblante y 4 libertinos de aquel uempo, valor que nimo sereno pacihi ov alegre, de suer á todos lo infundía. (Proc. p. 2459). te que con olaba á cuantos le mira 045. Es público y notorio el ha ban. (Proe. p. 2506) ber sufrido el P. Diego de Cádiz con la más grande resignación y caridad varias calumnias y desprecios con los que, muchos solicitados por el espíritu CAPITULO LXXVIIL malo procuraron abatirlo. (Proc. p 949). — Jamas fué visto dudoso, triste Favores celestiales y milagros. ni angu tiado en los graves momentos de calumnias y persecuciones que su 049 - Kn las carta del B. Diego, frió con la más heróica tranq lidad que hemos copiado hay no pocos 1 hasta la última hora de su vida, con- dicios de favores celestial que reci servando tambien en aquellos últimos bió y de maravillas que Dios operó momentos su alma y su rostro la má por su intercesión Para añadir lo que erande paz, y estaba tan alegre que el Siervo de Dios omite y aclarar lo animaba y cons laba á lo que esta—- que apel Imsinua, pre entaremos el ban al rededor, los que quedaron ad este capítulo lo neesos milagrosos mirados. (Pro-. p. 219) que nos han trasmitl lo testigos digno Y46, Fué tal la resignacion y la de todo crédito, muchos de los cuale fortaleza ton que sufrió las latigas de depusieron con ¿juramento en el pro su vida apostólica que Caus ba ex ceso de beatificación traordinaria admiración verle predicar 050. Que fué profeta en mucha por la mañana en dos ú tres Conven ocasiones nuestro B. Diego, lo hemo tos de Monjas, y por la tarde en la visto varia vect en particular en el Catedral 6 plazas públicas por espacio capítulo LX! En el año de 1777 de dos horas, y retirado despues en pronosticó en Sevilla 1 Mitra á un su habitacion verle como lo veía el jóven escolar que entre otro legó á testigo aleuna vez en cruz, alguna vez consultarle sobre la eleccion de estado, de rodillas, en tal actitud de penitencia y con efecto acaba de verificarse la que parecía imposible que humana pre : en el Dr. D. Juan de Vera y mente pudigge resistir ni un cuarto le Di nuestro Coudministrador con hora. (Pro? p. 252). el Emo. Sr. Cardenal de Escala. Así 947. — Sufrió contradicciones, ad me lo refiere un,sugeto que cabalmen
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