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5098 CAP. LXxV. — BACIENCÍA Los Padres procuraban de muchos | gracias; y el Conde que supo potó modos aquietar á aquel hombre, el B. desy ues lo que ántes ignoraba, $e a Diego callaba pp sufría en paciencia: dificó altamente; llamó al oficial. le y si lograron que los pasase á otro reprendió ante muchos cual sabía ha- cuarto más retirado, luego que vino cerlo, y le obligó á que con aleunos el dia los despidió con el modo más fuese Á pedirle perdon y darle Sra- grosero y SOez., Los compañeros pa- cias Las que el Beato daba al dejar saron la noche bien tristes y apura-"i los pueblos en que predicaba, al des- dos, pero el B. Diego les decía muy se pedirse de los sugetos que lo hospe- reno y tranquilo con bastante gracia, daban en sus casas, á las personas 1 mes para todo poseía la que S. Bue- j | ¡ j « de esta que salían á recibirle y despedirlo eran tan humildes como expresivas y políticas. Efecto todo de su profundí- naventura llama de labios: « vez, mis hermanos vamos á la cár- “ cel, no importa, sabrémos lo que es sima humildad, que fundada sobre su « estar presos, dormirémos descansa- propio conocimiento, de todo obsequio « dos algunos dias, comerémos buen | y honor se reputaba indigno, y. sólo « pan y habas por espigar, y si dura | acreedor al desprecio y burla comun, « mucho la prision, aprenderémos ás) 931. —. Sus delicias eran sufrir y « hacer calcetas; » ser despreciado, y cuando perdía una 930, — En el Puerto de Sta. María ocasión que creía tener presente para supo que cierto militar no contento ' padecer, entonces se afligía. Por lo con hablar en: gran descrédito de él, | cual com razon dice un contemporá- compuso unas décimas tan indecoro | neo: «Sí se vió su afliccion en algu- sas á su conducta como mofadoras nas ocasiones de esta naturaleza ; pro- de sus talentos: lamentábase de ello | firió sentidísimas quejas al referir á en secreto por-el escándalo “y perjui- | unos Religiosos, como un libertino o cios que ocasionaba en esto á los | yéndolo predicar LUvo impulsos diabú fieles, pero instándole algunas perso- | licos de darle mil bofetadas y arro- nas d que se quejase al Capitan Ge- j jarlo del púlpito. ¡Mas de qué era su neral que lo era el Exmo. Sr. Conde [| sentimiento ? De que no hubiera pues de Orrey-li, jamas pudieron reducirlo to por obra sus deseos lemerarios a á que tal hiciese. Á pocos dias su quel hombre tmalvado. Estos eran sus cedió al autor de tal libelo un lance ayesy sus quejas. »(Grazalema, p. 30). en que temió ser reprendido y casti- | 932. No consiguieron sus ému- gado de su Jefe, é ignorando ó disi- | los, ni aun molestarle exteriormen- mulando que el Beato lo conociese l te 'en varias Ocasiones en que lo por su panegirista Ó favorecedor le | intentaron desacreditar (1), en es buscó y suplicó hablase por él á di pecial con el líxmo. Sr. Capitan Ge cho Exmo.. Oyóle con la mayor trau- ¡ neral de Andalucía Conde de Orrey-li, quilidad, A hablóle así: « Aunque co- | y ántes con el Se. Gobernador de Cá « munmente me niego á interceder | diz, ponderándoles que había predi «con los Superiores y Jueces, porque cado contra varias disposiciones - del « esto de empeños lo miro ajeno de ¡ uno, y providencias gubernativas del « má ministerio, concurren en V, cir | Otro; pues hechas por ámbos secretas « cúnstancias que me obligan á se averiguaciones, lo que lograron fué « pararme de mi propósito; hablaré que delante. de los acusadores fuesen «á su Excelencia en esta mañana, y reprendidos, y el Beato alabado del ce « tendré particular gusto en que a lo y eficacia con que procuraba persua « tienda mi recomendacion. » En e dir á los auditorios al 'respeto>” y fecto, fué al General y le habló por el veneración debida á los Magistra- eulpado; oyóle con la mayor política dos. El empeño de. nuestro Beato en y afabililad, trató con el Beato de varias Cosus, y al despedirlo le dijó: « P. Cádiz, está V. P, servido, y en prueba de ello diga V. P. á ese ofi- ganléatole: de ignorbta; de hipúarita; de Fanáfidd cial, que ha visto romper el órden de y llamándole perveráó Religioso, indigno y des: su arresto »;'y tomando un papel de | vergonzado Fraile y el mismo Lucifer en figura y su bufete lo rasgó: dióle sumisas | traje de Capuchino. (Prieto, p. 26). | (ty Reprensiones injustas, mandatos indiscretos | ¡ 0 ¡ sátiras mordaces, afrentas y calumnias atroces, RP

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