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-. | RIMA SNIE AA AAA IA A. A A AA AE visitar las cárceles. Reunía á los pre- 808 1 posible, y les hacía fer- vorosísimas pláticas exhortándolos á la paciencia Visitubáa á es! ban en los cal: muy pl que conformidad y los les daba bozos, y que DOFrcio document nados á la miserable situa: ha ¡on en que A Ñ con el se laban Unos confesaban ntros con su compañero, y todos que daban, sino gustosos con su desventu rada suerte, al ménos resignados, y por algun tiempo aquellos lugares de obscenidad y maledicencia daban nuevo y mútuo escándalo á sus habi ln estus por $1 as anIiccion no tantes, vISItas $81 una parte su CoImpasivo espiritu, a tul extraordinaria la de sentia ¡ vistu inhuma unos espectáculos vez nidad, él la presencia de ta dureza de las prision s, de la fetidez de los ca labozos, del desaseo de las enferme rías, de la desnudez, hambre, enferme dades, y miles otras miserias en que estaban sepultados los reos; si esto le consternaba mucho, le dilataba por o tra parte su corazon, pues en cuanto podía daba ensanchez á « Me cuesta mucha al « cel baja de Granada, venir á estos ello a su predad v tolen: ia entrar en dijo á « cierto Sacerdote lo cár- « sitios, pero ya que me veo en « rodeado de tantos infelices « cierto á dejarlos; quisiera estar siem « pre con ellos, y ocuparme en ser « virlos y Para suplir y con muchas falta, licitó con el estando en Sevilla, Hermandad del todo á la encarcelados. consola: los. y sla so- ventajas mayor empeño estableciese una dedicada alivio de tan útil que so de a istencia y Apoyado pensamiento por el mo.) xo. Sr. Cardenal Delgado, empezó la cosa á Sacerdotes, los fomentarse, formó el Beato los regla mentos ó constituciones, y estuvo - ya muy cerca de ver Sevilla aumentada su gloria con este nuevo estableci miento, que parece ser el único que le faltaba para realizar de un nm do permanente el ejercicio de todas las misericordia prójimos ; la aquel Emo. Prelado le privó de honor, y á los infelices presos de a obrus de piedad o de con sus pero muerte de este quellos auxilios de caridad. Conforme á las piadosas ideas de nuestro Bea to fueron Málaga, que con él consultadas y- a las de muchos sugetos CAPÍTULO LXXI poyadas por el lllmo. Sr. Ferrer, tu- lar l efec L , : vie on el efecto qué Si prometian, y pueden verse <ument: s sobr el es píritu d verdadera ' dad o mi eyendo el sermon que dicó cundo se dió pemeipio á tan útil institucion, en que sus instancias y p rsuasiones tuvieron gran parte CAPITULO LXXI Obediencia. DO. Tratando de la obediencia dice S. Alfonso que el santo | u vi dor de la Religion de la Ma Ire Dios, « instado discípulos para les diese tomó una hoja de papel pi labra : religiosa, de viéndi se que e! y escribió en Obediencia queriendo con esto sienificar lo mismo que decía el P. Sertorio Caputo, 4 sa ber, a Religion esta sola ella que en | la obedienct y la santidad son una misma Cosa; y que lo mismo es ser obediente que santo. Enseña Santo Tomas, que el VOtLO de obediencia es el que propia mente constituye al verdadero Rel eioso. Y siguiendo Santa Teresa esta doctrina, decía, que una Religiosa que pro añade no es obediente, con piedad no puede llamarse Religiosa. » 1 « Hablando S. José de Calasanz de estu virtud, Ro- Ll oso obediente es la piedra preciosa Í excelente decía: que un convento Y en otro lugar dice: « Estando San les trazando en reglas que deberían seguir las monjas di Visitación, hubs que le dijo, que sería duviesen descalzas; Ue Sil Francisco de vu las su imaginacion la una de ellas bueno que an- á lo que el santo respondió : Vos querels empezar po los ples, y yO quiero empezar por 14 cabeza. Semejante ¿4d e lo quí Felipe Nerl sus p4 nitentes, sto era san repetía con mucha frecuencia «a diciendo les, que toda la santidad consiste en cuatro dedos de frente, es decir en mortificar la voluntad propia.) Tantum adjt- cies oirtutt, quantum subtraxrerts pro tanto añadirás á la cuanto quitares á la voluntad San Jerónimo escribió : priae votuntati virtud, propia, » Nuestro B. Diego fué unó t Lo dy). —

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