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262 Ascension en Santos Apóstoles hasta su á los cielos en cuerpo y alma; y todos los dichos dias hacía dos disei plinas, una de comunidad y otra de aumenta oracion por . se sobre los que solía traer, y ba las horas y tiempo de su meditando en misterios dolorosos y gloriosos de esta guardando más profundo silencioy re tiro de criaturas. 824. — « viérnes del compañaba al pié de la Cruz ú Nues- No <u devocion, V vestía cilicios los SOZOSOS, Señora, Los año a- tra Señora las tres horas que el or estuvo pendiente en ella ántes de espirar; lo que repetía en otros dias y tiempos no precisado á que fuese desde las doce del dia hasta las tres de la tarde, las hacía cuando podía de noche ó de dia;y lo mismo ejecu taba con el Vía cruets, acompañando á esta Señora como si la viese en espíritu dolorida, amorosa y compasiva visitar los mismos sitios de la pasion de su Santísimo Hijo: lo hacía de noche y de dia y en cual quiera sitio ó lugar hasta caminando, segun la posibilidad tenía, sirviéndole de erúaces ó calvario el mismo eruci fijo llevaba al VecOos 895. partido por dias, Varios ejercicios tra Señora: sus festividades las cele- este santo ejercicio que pecho muchas ) « Por todo el año tenía re- semanas so en obsequio de Nues meses braba con la mayor ternura y devo- cion. Asistiendo un dia en la proce- sion de Candelaria, mereció ver en es- pírito á la Sma. Virgen María con su Santísimo Hijo en lós brazos montada en su jumentilla, y al Santo Patriarca á su lado con el traje y iban caminando para llegará Jerusa len 4 presentar en el. templo á- su Santísimo Hijo Jesus y cumplir con la ley de la Purificacion. Engolfábase en esta meditacion tanto que sus ojos -e- ran fuentes de lágrimas y alma con la devoción enternecida, viendo á la Madre de la pureza en tanta hu- mildad y abatimiento haciendo la vo- luntad de su Santísimo Hijo por el remedio del linaje humano. ¡Qué s mti- mientos y afectos sentía el alma y corazon del P. Cádiz viendo la diencia, abatimiento ¿y humildad suma á la que esa Reina del cielo y de la tierra, de los ángeles y de hom- bres se sometía! Y así por este órden modo como su obe - los CAPÍTULO LXÍX eran los demas misterios y festividades Como cuando la con templaba en el portal y cueva de Bel. n que cl lebraba se le representaba en espiritu que si lo viera, la solicitud y amor con que acariciaba, alababa A S á su H jo Santísimo en aquel luar tan desamparado, fiando el lterno á una doncella el eui dado, alimento y | crianza Pp =11 K 1 nilo Hijo hecho hombre, más bien vido que lo han sido de todos los hijos del mundo, tuar Reinas y Princesas soberanas que tenido hijos no llegaron todas al cuidado y solicitud que sus madres sin excep- han juntas con la Santísima Vírgen María Santísima sirvió y cuidó á su Hijo como Dios Vv Como hombre. De modo que Dios su Hijo no pudo dar mejor Madre Áá muv amado, ni como Dios tener otra que mejor le sirviese y acradase., Y así aunque la pobreza estaba allí en el portal de Belen en su más alto tro (de cosa las más necesa no, ninguna rías) hizo falta dulcísimo Infante Jesus recien nacido, habiéndole Dios dado tal Madre tan llena de virtudes y tan perfecta en alma y cuerpo que era lo que bastaba para ser feliz (en me- dio de sus sufrimientos) al vo ¡jennacido Jesus bien, sin on nuestro compara más que todos los hijos de los hombres, de los reyes y monarcas del mundo, S26, - « Y qué de Encarna cion ? cuando la Virgen « raba en su ría la ele la Madre retiro, admirada de quién se gida para sierva y esclava de de Dios, de lo que aun no se plaba digna por su profunda bum dad, y en el acto más alto y heróleo de esta virtud 4 donde ninguna otra criatura había legado ni Hesará, fué anunciada del Angel para ser Madre de Dios con la plenitud de todas las gracias del Espíritu Santo; se visi de carne el Divino Verbo en las purisi- mas entrañas de María, haciéndola 'su Madre á la que se tenía por indigna de ser esclava y sierva de la Madre como cuando San Juan Bau- era el de Dios, tista decía y predicaba que no Mesías prometido... . que no era digno de llegarse á él á soltarle la correa de su zapalo, mereció los más favores... . ¡Oh !;¡ y cuántos misterios so encierran en estas verdades que el P. Cádiz meditaba y de que Dios le daba luz.... para alabar a Dios, amar y singulares

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