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CAPÍTULO Iv. CAPITULO IV. 1766 Es promovido al Sacerdocio: sus rables propósitos. admi- 36, Conocida por los PP. de la Provin cia, y reflexionada con madurez esta ejemplar conducta de nuestro Diego, impetraron sin noticia de él. de Su Santidad, para que se ordenase de Sacerdote ántes de cumplir la edad prevenida por los sagrados cánones Obtenida y dirigida con la para que Presbiterado, pásó de Ecija 4 Carmona, donde fué ordenado por el limo, Auxiliar de Se villa, el dia 13 de Junio de 1766, ¡ Dia feliz para la de Jesucristo! pues vió agregado al número Ministros uno que -honraría su cerdocio, se le dispensa obediencia recibiese el Iglesia de 2118 sa Mi espíritu y celo de Sus antignos Pastores, y preparaba SIONEro, que resucitaría el que aun cuando no fuese por su hubildad de los que pone el Señor para centar sus ovejas, no tendrían ro las que reduciría á escarriadus por las apa núme sus upriscos, sendas peligrosí simas de los vicios: y ello se verá que hay mucho fundamento para en cierto modo decir. que en él se veri ficó esta promesa « Suseítabo super eas Pastorem unum qu pascat eas ». Parece que el Kspiritú Santo raba , digámoslo instantes en que el Obispo pusiese sobre 6l sus manos para derramar en su corazon su espe- así, los fuego y oleo Santo, y en su entendi- miento sus dones. “De los pies de las aras se levantó otro del postró en ellas; de la ivlesia fué ordenado salió distinto que se en que del que en tró; lHeno. de extraño recogimiento y. Jloroso se mantuvo todo aquel dia, y emprendiendo al siguiente su |! camino, por todo él fué repitiendo ' compañero estas palal grimas mezclaba: a su vas que con lá « Fr. Ventura, + con « que va somos Sacerdotes! ¡ah!; cuán « distintos debemos ser l». (1) Ocupado ' A ] (1) Pasa el Convento de Ecija 4 el de | Cádiz 4 estudiar la sagrada Teologia, y nuestro Fr. Diego con más madurez se aplica, se instruve y se ensaya en los ejercicios de humildad para más penetrarla, El cuida y asiste á los enfermos, y se de tan sublimes idea le Ecija, y el primer fué el ettado Fr. Matias, dillándose para besarle la no, le dijo con bastante espíritu: « P, « Fr. Diego ¡ V. C. Sacerdote! ¡ da. « Nací rdote ¿ mi Ñ Religioso él encontró, que arri ma- ¡ah, ¡oh que dignidad, a la « que ha sido elevado! N. P S. 4 CISCO nO se atrevió á recibirla ; « ta santidad pide para Fran cuán corresponder lel enfermero para gar á he, ue descuide y > miéntras él vela. El Demonio se irrita contro esta práctica caritativa de Fr; Diego, lo persigue, lo maltrata y pretende ahogarlo de noc he más de una vez, Fr, Diego, si no para las noches ejercitando las obras de misericordia con los en- lermos, siendo estudiante Teólogo en el Convento de Cádiz, las pasa en lervientes oraciones, morti= ficaciones y penitencias en la Iglesia. y en los sibos n'ás retirados del Convento: alli es exaltas d dos, y o y ultrajado de lus demonios de muchos mo- como se nos representan A bad cuando ya Sacerdote medita Y ora pintadas en el lienzo de S Antonio sus tentsciones ; y mucho más sobre sus obligaciones El P. Fidel del Castillo, ex-Lector de Sagrada Peología y Jaen, en Guardian del Convento. de el sermon que predicó de honras del P. Cádiz, lice Se ordena de Sacer« lote el P, Diego en Car mona, y cuando recibe el Espíritu santo se con- u mueve, y lo agita noche y dia esti cons eracion de estar constituido Sacerdote del muy Alto. Lá grimas vigilias, oracion, ayunos, austeridades, pro- fundo estremecimiento y pavor universal de toda Su persona. Y lo que abundaba en su corazon lo pronunciaba su lengua: decía á su condiscipulo que lo acompañaba de Carmona á Sevilla, Sevilla y desde á Cádiz, donde seguía su carrera literaria Fr. Ventura, ¿ eon que ¡a somos Sacerdotes + Re- pitiendo estas mismas clausulas varias veces en el camino, con extraordinaria moción y ardiente espiritu, como con lágrimas lo profería su expre- sado condiscipulo el R. P. Buenaventura de Cádiz. «¡ODios:inio! exclama penetrado de la angustia más profunda el P. Cádiz: yo SacerJote yO Pus- ponsable de las almas redimidas con vuestra preciosa sangri yo Sacerdote, de cuya boca deben oir los fieles el Juicio y la An- yo quien debo enseñar al mundo vuestra ley. Ay de doctrina vuestro , mí, amable Redentor mio que yo he dado im paso muy peligroso para mi salvacion ; pues solo no puedo salvarme; sin du- da me arrojareis por indigno de vuestro santuario, de vuestra presencia : mis ViCiós, mi ” Asi P. Diego. retirado en un rincon muy del Convento de Cádiz han ignorancia terrible es vuestro decreto... hablaba el excusado llamado el seno de Abra- Donde se pone á meditar los Levítico, de Judit, de res de la oráculos del Melaquias, y de otros luga- Escritura: allí_lo condtice el espiritu , Hegó al Convento ' que A AR AA AAR . 6h TE A IA ISTRIAAA A 5

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