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8 CAPÍTULO cual, com decía la tentacion, en la varias veces, jamas, ni en este ni en otros combate titubeó. « Este Sobera dijo en 4 cando en Málaga de una oOcasior ' Peul- los Santos AÁnge- ha defendido siem « no Espíritu « les Custodios, me « pre desde que seglarillo me euco- « mendé á su proteccion, y lo que por « mí, miserable pecador, ha pasado, « me convence de esta eterna verdad: « Angelís suis Deus mandavoit de te, «ne for te offendas ad lapidem pedem « tuum. » 18, su padre, y perspicaz veía esta lucha, « sed rem disimulaba y hombre prudente tacitus considerabat »: callaba, sin por eso dejar de examinar y vigilar á su hijo. Probaba su obe- dieneia de mil maneras, vigilaba su con- ducta, y aunque nada encontraba de desarreglo end ella, dudaba aun de la sinceridad de todo sentía que la rudeza su vocación, y sobre de lento le improporcionase para seguir el estado Sacerdotal entre Consultó con Religiosos y por su consejo quiso indagar lo que hacía en su vida íntima, hallando con asombro algunos instrumentos de mor tificacion ; con este motivo le examinó más detenidamente tenciones, y él humildad descubrió; con lo cual conoció el pa- dre que el dedo de Dios andaba allí, y dejó el negocio á su providencia, 19. — Con humilde gratitud á Dios que le hizo triunfar, recordaba el B. Die- go cuanto hemos dicho de esas luchas su ta nosotros, nuestros llamó, sus In so con las escribiendo en 1779: « Obligado de mi interior me resolví 4 pedir el santo hábito al P. Guardian de allí quien me respondió lo diría á mi padre; yo con el miedo que le tenía lo ex- cusé, pero instado de mi interior, volví á clamar, y el Prelado no ha ciendo caso de mi miedo lo dijo á mi padre y resultó una terrible conju- ración de mi madrasta y suyos, de mi Padre nada, ni en favor ni en contra. De noche y de dia era un con- tínuo sermon con mil amenazas, pro- mesas etc. Yo callaba á todo, y -cuan- do salía de su presencia me ponía á saltar de gozo en aquella dura confu- sión, llamando á los ángeles, para que la celebrasen conmigo. » los ul. CAPITULO UL Su noviciado, profesion y estudios. 1757-1766) 20. — Alentado el corazon del jóven con la aprobacion de su' prudente Con- fesor y los ejemplos de los Capuchinos, ya públicamente hablaba de ello sin ha- cer caso de los nuevos ataques, que el demonio por sus compañeros y varlos Oros le daban para separarlo de santo propósito. Todo fué inútil para contradecir la fuerza de esta oz: exi de domo tua. El Preladoy Religiosos de nuestro convento de Ubrique bien conocían la noble índole, la sencillez de corazon, y el apacible natural del pre- tendiente; pero las voces de su mucha rudeza, que algunos querían graduar de insensatez, parecía detenerles: lo e- xaminaron al cabo, y como le halla- mity latinidad, ne- gáronse por de pronto á su pretension, dándole sólo esperanzas y aconsejándo- la que se aplicase. Hizolo el jóven con su atrasado en sen tanto empeño, que un Religioso gura haberle oido, que puesto de rodi- llas con la Gramática en las manos, en del Altar mayor, decía: Señor, que yo apren- ase- las gradas « Enséñame, deré » 21. — Concedida por el Provincial la licencia, y hechas las informaciones secretas y públicas, de naturaleza, vi- da y con la bendicion de su padre, aunque con repugnancia de su madrasta que al fin estuvo empe- ñadisima en que fuese Religioso Do- mínico, vencidos todos obstáculos que el demonio ponía á sus designios, salió para Sevilla, llegó a nuestro Con- vento, fué examinado de nuevo, y ma- ravillosamente fué hallado todo apto, como el mismo Beato lo dice con sencillez Ultimamente hallanado todo, me examinó el dicho P. Guardian en la Gramática y me halló inhábil ete. No obstante sacó mi padre la licencia del R. P. Provincial, pasé con ella á Sevilla, me presenté á exámen, y siendo el mismo que án- les, y los examinadores rígidos, cobré fama de Gramático. » E 22. — Vistió el Hábito en Jas gra- das del altar 1mayor del Convento de Se- villa, el dia 12 de Noviembre de 1757 á los 14 años, 7 meses y 13 dias de costumbres, los en escribiendo io AN