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É 4 i 4 1 mrme de 19 del pasado y ya aq la de 27 despues del esionetto de las flor pa ra Nuestra Madri di la Paz. Las doctrina que en ella V. m da, no pueden ser más oportun: para mi necesidad ni para ti apro echan 1en- to: ojalá sepa yo y me resuelva á ob servarlas como debo. Es ciertísimo que la predicación me cuesta infinito tra- bajo 6 indecibles consgoijas de espíritu por la suma oscuridad que experi mento. Procuro trabajar algo más, no sé si esto acrecienta mi fatiga... y ca- difícil el predicar, Ahora tengo que hHacerio a quí en la Novena de Nuestra Señora de la Paz, partiendo el trabajo con el Señor Vicario que es hombre insi da día me es pe noso más ne en todo, y aun no hallo tema para los sermones. Dios cumpla en mí su santísima voluntad. Esta propia oscu ridad experimento para todo, aun para dar un consejo de direccion dal las al tiguas hijas cuando lo piden...» 580. — La salud del Varon santo no era buena por este tiempo. Á lo que se añadía el sentimiento de varios Intos de familia. « El dolorcillo 6 de sazon del estómago, dice en la misma carta, se renovó en el viaje y en Se- villa: y habiendo vuelto aquí se acre- centó un poco, con el motivo de ha- berme llegado el dia siguiente la no ticia de la muerte de un hermano que murió la Noche Buena en Bujalance donde estaba de Administrador de Ren tas Provinciales etc. Me ha sido otra falta bastantemente sensible, pero tam- bien útil, porque como en los cuatro meses últimos del año pasado murie- ron los dos, hermano y hermana, de los tres que quedamos h 'Tmanos de padre y madre, pienso si los seguiré presto: y este pensamiento me sigue, sin afligirme ni turbarme. Dios haga en mí su santísima voluntad... » 581. A pesar de los temores de que trata el Beato en la carta ante rior, predicó con mucho provecho y sin grande dificultad en la Novena de N. S. de la Paz en Ronda. Aver, dice (2), se acabó esta Novena. en la que he predicado cuatro tardes y dos 1) Carta de Ronda, 13 En 1,9, (2) Carta de Ronda, 1 Febre 1792 132. — Pasado este u ) nué O B. Dies 10 á sus antiguas t 1S li 1 mpezando p j Sé villa. « (Qu lirá V., « ' Í d mi la lencio ¡ h entido, pá PO no 1 p lido hacer otra y p que los 13 ISUntos no h pb dado lugar á escribirá V.,ni lo hay ahora para referirle las misericordias de Dios V 818 maravillas que tales son las que ha hecho en este tie np con est Im gratisimo Min S PO SUVO, : Anti Sy despui de en] rend r mi viaje á Kei A y aquí tueron lortisimas las ri pugnan- cias, congojas ete. que me acompaña ban, siguieron estas con fuertes des: aus y oscuridad s pa “a 14 predice cion hasta la hora de predicar: en que un rato ántes iban ocurriendo al- gunas especies á fuerza de estudio y de mil dificultades. Prediqué 1OS res S£rmMondes de Cu ¡Penta Horas en Ecija, demente. Me vi: ne acá inmediatamente y continuando oscuridad y tinieblas con mt ayudando Dios visil a misma cvécidos interiorea: desganas eto, Hi Excmo Señor Arzobispo dió parte al llo. Cabildo de la Mision que pen y este le respondió que no sólo ecía bien, más que olfrecia su r Catedral y el Púlpito principal ella, y asistir todo de Comunidad sjemplar que jamas ha tenido se- mejante; pues cuando más, lo han concedido en el trascoro al Rmño. Pa dre Tirso Gonzalez en el siglo pasa do, yámi en el tiempo del Emo. Señor Delegado ete. Noté el blo na- da vulgar de estos Señores y de todos y creí quería Dios la Mision. La em pecé el dia 7, sin faltar la congoja interior, oscuridad, ete. Pero notando que en el hecho de pre lic 1r e lena ba ií omterior de verdadera devocion y que hablaba el alma con un modo ad veía tambien al pueblo superior a toda la pasa '0n suma devoción y respeto 'mendo HKelesiásticos, Reli- oOres, gen! escogida, el con una suspension que no p día Vi dejar de notarla, Podo el espíritu . ó Ñ y Sustancia de ella, fué proponer el espíritu de la vida Cristiana, segun la 1) Carta de Sevilla, 24 Marzo 1792 gg
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