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$4 hi ll b ! So 13 1 á j mena mar 162 y desinteresados nos habían asegura- do Ya hemo oído un hombr: ota do de excelente virtud, y revestido de un celo infatigable y verdaderanm nte Apo tólico Y A hem 5 tenido ¡ con instruidos quellos Héroes, cuyo suelo de ser pOr ' molde al acabar de uno la naturaleza como en testimonio de ÚU LSOZO. < deja que la gracia haga una hor rosa ostentación de su virtud omnipo- tente. 184, a El ala diez de Abril de este presi nte año de mil setecientos ochenta y siete llegó á este Pueblo el P. Cádiz; y despues de presentarse al M. R. P. Provincial de su Orden, ¡ue ge encontraba aqui a la azon en su ta Ciudad, mano y recibir la bendicion de nuestro llo Prelado el Señor Don Manuel Felipe de Mizallas, que le tenía dispuesto al; Convento extra muros de es paso á besar la jamiento en su palacio. ¡Qué espect ículo tan tier- no formó esta primera conversacion mflamados de un animados de un mi de dos justos, celo, y espíritu |! sionado mis- mo mo Un Obispo tiernamente por los virtud del Padre parabienes porque sus Diocesanos lo graban este consuelo. Y todo un Pa dre Cádiz confuso á los pies de un Obispo, que con dotes le apa virtuosos, honrando la Cádiz y recibiendo sus raras hacía ver el grande podía prometerse de unas ovejas que logra ban la dicha de tener tal Pastor. 485. « A la llegada de este hu- milde Capuchino, ya se vió la Ciudad inundada de la bles gente avenida de innumera forasteras, que se apresu y por ole. Jamas se Murcia. De los doce y raban verle vió tal Pueblo z guas, son muchísimas 1 por conmoción en distantes quince loe- $ personas que solo esti objet 2 Í a acudieron gente sencilla de los campos y luga hasta de cinco y seis leguas, vinieron en diez y seis res inmediatos y vVISsid Mos, con la mayor edificas 10n condu ciendo las Imágenes de la devocion de sus Pueblos y dando en esto un testimonio así de los deseos con que buse ban u aprovechamiento Como de lo que conmueve por todas partes la fama del Padre Cádiz, y hasta de Pueblos distantes de veinte v una le gnas de esta Capital hubo aviso de que CAPÍTULO XLUuI estaban en 1gua dre Misionero se di tenia 4565 « Segun el li | , ha hecl a la j nas que ' Cconcurri É Pu lo n est nolva ascienden ven - e 1 nientas y « renta. En s Rosa 8 venian mus s des IZOS, á CO S 1 n musica el Ay M V el 1 LO do Santisimnm Ur] mad recomenda el Pa e Cáadi/ n algunos se co n- doscientas ci, cuenta y dos hachas, y trescientas no enta y d Ss velas ad 1 Y con ralment nl OS es] land r el ' cimiento, animado de una cri ' y devota emulacion, y Ñ a 11 No y br p Í vo piadoso y tierno corazon llegó la no ticia de tanto pi bre, como abandona ban sus casas v trabajo e n <ola esta idea, mandó dar á todo forastero ne- cesitado una libra de LOS diarios que e rep rtior de los Rosaris por el Palacio Í o pal, con presencia de sus Tr Párrocos, y ha VOS ascendido en los Se1S dias en que se frangqueó este O rro á siete mil setecientas y cats libras de pan, y once mil d qxe reales N sels mara llon, siendo l frutado esti Ss pobres ue j I pu vete y tres mi doscientos treinta y uno; sin contars: los dos Mar ¡pues limosna en este número, mal de Veniel, corrió el Señor vecinos del Lugar de su reales cada uno, que vinieron tambien con su Rosari ). 188, « El dia once por la tard á la santa Mision en la. plaza del mercado de Santo Do se dió principio mingo, que es la mm propore da y espaci del Pueblo. Y all y tinuó por las tardes hasta el veint dos meclusive xeeptos el doce, y di y ocho, en que no fu pi bl pr car: porque en el primero ( tal Concurso de ntes, que In emba U de la firmeza de la lUropa, v las acer tadas providencia el Magistrad temió con fundament ¡ 1 IPrel diable desgracia. Y en el sezundo eo cluida la explica de la Doctrina Uristiana vó una lluvra 1 fuert que no obstant ' úph l hi y blo, para que siguiest Padre Mi SIOnero, fué indispensable uspeud pr el

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