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EL B. DIEGO <blo imaginarlo, y me hace repetm este temor el sí possibile est transeatl ame ( ' S PI ' ot 00. « Pa ' dema pi » dejar de repetir el pare ( el Po último yo no OV Ñ 2] li manifestar cuántos son en esta parte mis deseos y hasta donde amplía Dios los senos de mi espíritu, pues sin cono un que conocera y a mi no se cerlos plenamente veo en mi interior. V. lo me basta el decírselo para su sobier no y el mio. Mi acradecimiento á los que me ocasionan ese gran bien es en un modo que me hallo persuadido ó movido cuando lo reflexiono á egreer me en una de pedir á especial obligacion gr: Dios ve mirarlos ellos por como hienhechores y (no se OXp 11 me de otro modo) como si su salva cion consistiese en este mi 'adeci miento y en la oración que por fuerza de este debo hacer á favor de tales No me eutiendo ni sé lo que me digo : Dios dé á V. entender la luz que necesita para á este monstruo de inconse cuencia y de Ignorancia. Repito á V., P. mio, el darle humildes pero en arecidas gracias por haberme las más la direccion; el Señor se lo premie á V. diré eternamente. » 0” dy). admitido a conto se lo pido y pe — Antes de concluir el presente capítulo, añadir la de- de Jesus. Dice creemos opor uno siguiente carta del Beato sobre la voción al S. Corazon asi: « JJ. M: y 3. - Sevilla 24 de A bril de 1784. Señor Don Ne- pomuceno del Rayo, y muy Señor mio mayor estimación Con la de de Y que mis gra Juan de mi bida de 14 ocupaciones recibo 18 able del « muy orrmente, á la apro: Í ves no me permiten le responda con la extencion que ella exe y V. apetece; no obstante para su seguridad diré sólo que su dictá men á favor del culto del Sagrado Co razon de Jesus, es fundadísimo y se- gurísimo. Es fundadísimo, porque sien do e te culto al Sagrado Corazon como É simbolo expre vo de la immensa ca ridad de Jesucristo nuestro Dios á los hombres y un representativo de Jesucristo, Dios y hombre verdadero no hay católico digno de cult )») y cito y fundadísimo contrario es herejía. qué pueda egar es Í j 1 pol 11 consiguiente 11 decir 10 uso : ELIGE NUEVO DIRECTOR 119 « Es segurisimo, porque lo aprobado la Silla stólica, en el Oficio y Misa, aproba solemnemente cion de Congregaciones y concesión de mueha Indulegencias á este fin, No car esto, es igual temeridad que negar 118 y hombres, pues es no menos cierta la existencia de estos que la de lo referido. Es verdad que el Oficio y Misa no están extendidos á toda la Santa 1- glesia, pero esto en nada se le opone: Dios beati ficado por su Santidad el Papa, sólo al modo que de un Siervo de para su Religion ú Obispado se con- su rezo, y no obstante puede y por en cede bienaventurado toda la Santa 1 caso, sin dife que tenido debe ser culto y digno de nuestro glesia: í en u ' alguna, y la censura el católico que dijese que uno de rencia mere ceria estos Santos beatificados no es digno de culto terri torio, esa propia mereco elque se opon fuera de su religion ó ga a la licitud del culto que se le debe dar al Sagrado Corazon de Jesus. 11 Se- ñor Benito XIV, como fiscal, hizo los ar gumentos y oposicion que debía para hacen para la beatificación y de santos, mas despues de lo que eseribió, calificar el culto como se canonización los aprobó varias Congregaciones destas y las concedió indulgencias como consta de conservan dichas hermandades. 356. — « Si algun dia la Sede Apos manda culto, Vi Sero el prunero que le obedezca y las bulas que tólica suspender este no Hega santa Í- y como tal aunque todos los no lo publique, pero miéntras este caso, yo soy hijo de la olesia : teólogos del mundo se opusieran, me apartarán de seguir el dictámen de la Santísima Madre y Maestra de la Verdad. El Santo Tribunal de la ln quisicion | reguntado sobre esto ha res- pondido, que en sus edictos 0 prohibe el culto, sí el uso de ciertos libros y estampas dignas de recogerse. No pue- do contra esto ningun teólogo tendrá que Mande V. en lo que pueda encomiéndeme á Dios, á más, amigo mio; me parece que decírnos. servírle y quien ruego guarde su vida muchos años en sa santo amór y gracia. B L om. de V. Su Capellan y Siervo en el Señor: Fray Diego José de Cádiz. »

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