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104 la anterior calentura. El Señor haga en mí su santísima voluntad... 313. — « Vamos al interior. Lo que el Señor me ha favorecido es sin tér- mino. La primera terciana fuerte que me dió me rindió á lo cama, fué el 13 de Junio: en ella viéndome fatigado me fuí á recoger, y al tiempo de se- JaÁrarme de una grande donde 1bía un santo Crucifijo hice un acto de resignación y ya vuelta la espal- da se me fijó en el pensamiento con bastante viveza que me decía el Se- ñor: esto se te da para: descanso; siguióse á inmediatamente un gozo interior grandísimo con no ménos resignación en su divina voluntad, y dilatación de mi corazon. A esto aña- dió su Divina Majestad en toda la en fermedad un deseo tan eficaz y dulce de que se cumpliese en mí su santí- sima voluntad, fuese la que fuese, que sentía no pidiesen se hiciese su santíÍ sima voluntad en mí: con este el Señor que estuviese en la cama y sufriese las fatigas de calenturas tanta indiferencia ó tranquilidad como sino las tuviese: tampoco deseaba el morir; nada, P. mio, nada, nada apetecía, toda mi an- sia era la voluntad Dios que cumpliese en mí. Las medicinas que ordenaban los proponían en los mismos términos ete. El cuerpo se quejaba por lo que padecía, mas el espíritu no halla voces para manifestar á V. la paz que gozaba aun en las repetidas algo penosas recaidas; puedo asegurar que ni aun de pensamiento he tenido el más leve deseo de la sa lud. Me acordaba tal vez de intento de la Mision de la Corte con lo demas que V. sabe, y veía con admiracion que ni aun eso apetecía etc. como ni tampoco el verme privado de los ne- mesa esto hacía ligeras las con de se médicos se gocios 4 que sabe V. vine aquí, de leer algo etc. Dios sea bendito por todo, 314. — « Otra especie me ha ocur rido que diré á V, por lo que fuere. Pasado el riesgo 6 aprieto de la pri- mera caida que ya los médicos me dieron por seguro, se me puso en la memoria con bastante viveza y con tanta continuación que úpenas pensa- ba en otra cosa un tema que leí en de un que decía: In hoc fallimur quod mortem prospt- la losa sepulero, CAPÍTULO XXVIL eimus proeul...: en esto nos engaña- mos en que miramos la muerte de lejos : tanto ha dado esto que me ha hecho pensar si será aviso para que me prevenga á morir en breve espa- cio: mas esto es con paz y grande serenidad € indiferencia. 315. — « En la segunda recaida yo siete ú ocho tercianas cuando una siesta desperté con una viva memoria y devoción á mi Pp, San Bernardo ; de pronto eomo un conocimiento que no excedía de lo natural: Que el Santo se me daba entre los Santos del cie- lo: que en ello se me hacía un sin- contaba á poco se me propuso gular beneficio Y que para señal me faltarían las tercianas siendo peque ñas las de aquel día, á que se sequi- ría no dar la síyuiente. Kn mi pen- samiento me parecía ver al Santo, y entendí que lo grande de este benefi- cio consistía en que esa voluntad de Dios se cumpliese y fuesé agradecido merece : pedí á Bienaventurados diesen gracias á la SS. Trinidad por este beneficio, y pen- saba, y con la misma seguridad que si los viese, que todos se levantaron y cantaron con nueva música un nue- vo y breve Psalmo del que sólo pensé que decían: Laudate gentes Dominum, et collaudate eum omnes po puli: quoniam magnificata est super fa mulum suum istum misericordia ejus, no pude pensar más sólo que sería todo el Psalmo tan largo como el Laudate Dominum de coelis ete. Que- dóme muy fija esta especie con una seguridad como infalible y con varios afectos de gozo, y los otros dias algo trabajosos, pero parece que me res- ponden que aquella fué una señal pa- ra testimonio de la verdad del benefi cio que se me hacía, y que no se me prometió me pondría bueno sino que las calenturas faltarían por entón Ces, (1) como se todos los omnes del 31 Beato á (1) En unas cartas Agosto y 7 Set. de esta enfermedad y á su nuevo Director 1782, refiriéndose el vision, escribe: « La enferme- did que tuve aquí el año 82 fué otra misericordia lel Señ ' or; el fuerte, lia que me dió la calentura 1 tiempo que me iba ¿ " en cama, al tiempo le irme á echar en ell iré á un santo Crucifijo que estaba sobre una mesa y me pareció me dijo esto se te da para desansar in-1 esta voz me VTundió tanto júbilo que me hizo saltar las lágr-
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