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717 acercaron á los reyes, y tuvieron ascendiente en sus nobles corazones, los medios fueron la virtud , la honestidad , y la pureza de alma y cuerpo; y el objeto fué la gloria de los monarcas ó la felicidad del pueblo. Dos entre muchas fueron las más notables por sus hazañas en la nacion hebrea ; y si los medios por donde llegaron á cubrir sus hom- bros de la púrpura real, fueron raros y extraordinarios, lo que eje- cutaron cuando su frente oscilaba con el brillo esplendoroso y des- lumbrador de la diadema , manifiesta que fueron elevadas á la digni- dad de reinas por un designio especial de la Providencia. Estas dos mujeres, tan célebres por sus dotes naturales y por la elevacion de sus almas , son Betsabé y Ester. Poco se ofrece decir de ellas respec- to de su nacimiento , pues fueron una y otra hijas del pueblo; pero las dos llegaron á ser reinas de gran influencia y poder, y no es posible examinar sus acciones y cuanto les aconteció estando en tan elevado puesto , sin comprender que una y otra eran el tipo más acabado : de cosas venideras. Y en efecto , Ester penetrando en la residencia de Asuero , y oyendo de sus labios las palabras de amor , que conforta- ron su corazon afligido; y Betsabé entrando tambien en el salon del trono , donde estaba Salomon con sus cortesanos , y levantándose éste y saliendo á recibir á su madre, y conduciéndola del brazo á sentarse en su mismo trono, y ásu derecha, son dos acaecimientos que de- linean en rasgos indelebles y firmes lo que había de ser la gran Se- ñora que había de venir, desde el momento que saludase el horizonte de la vida terrestre; y lo que sería tambien desde que pusiese su pié virginal en la celestial morada de la eternidad. No seguirémos en el exámen de estos dos magnificos tipos el ór- den de los tiempos, sino el de su gran significación , explicando, en primerlugar, lo que corresponde ála que prefiguró la predestinación de la Virgen María á la maternidad divina, y á venir al mundo en virtud de una ley de privilegio , que Dios la otorgaba en vista de la incomprensible dignidad á que la tenía destinada; y en segundo, lo que corresponde á las consecuencias de esta eleccion divina, que es el sentarse al lado de su Hijo en el cielo , el tomar parte en el gobier- no del mundo, sobre todo del mundo de los escogidos , en la Iglesia militante, y el tener derecho 4 pedir al que lo rige y gobierna con poder absoluto como Rey y Señor , cuanto sea necesario para bien de la misma Iglesia y de cuantos la componen. Lo primero lo hemos de ver diseñado con colores bien claros en Ester , y lo segundo con no ménos brillantez en Betsabé.
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