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la Virgen no estaba comprendida en la ley del reato universal, en que incurre todo hombre con sólo ser hijo de Adan. ¿Quién puede contar los sudores, las vigílias y los trabajos de los sabios, para defender su sentencia piadosa, llamada así, porque era eso lo que creía la piedad de los fieles, no habiéndoles impuesto todavia la Iglesia el deber y la obligacion de creer coro un dogma lo que la piedad daba por su- puesto, venerando con santo fervor el instante en que la Vírgen había sido concebida? (1) Puede decirse que esas lides literarias, en las cuales los ingenios más aventajados se ejercitaron con tanto denuedo, la única escogida, lo que no hubieran dicho de ella, si no hubiesen teni- do la idea de que la Virgen no incurrió jamas en mancha alguna. Y hay que advertir, que esos Padres dan esos dictados á la Virgeu prescin- diendo de su divina maternidad, y ántes que fuese Madre de Dios. Era imposible que dos Padres llamasen á la Vírgen igual ásu Hijo, sino en li pureza, pues tan puro fué el Hijo como la Madre, con sólo la diferencia de ser aquél por naturaleza, y ésta por gracia. De esas locuciones están llenos los escritos de San Tarasio, San Isidoro de Tesalónica, San Juan Damasceno, San German, San Jorge Nicomediense, San Sofro- nio y otros muchos, (1) Tambien en el Occidente se celebraba desde el siglo sexto la fiesta de la Concepcion de la Virgen: en el calendario de la Iglesia de Nápoles, esculpido en mármol ántes de la mitad del siglo nono, se ve en el dia 9 de Diciembre señalada la fiesta de la Concepcion de la Virgen, como lo dice el varon esclarecido Alejo Mazzochi en su obra titulada Commen- tarium in velus S. Neapolitan. Ecclesiae Kalendarium. (Preefat., par. Il, cap. 2, edit. Neapol. an. 1744 ) En 1047 el presbítero canónigo cardenal Hugo de Summo, natural y vecino de Cremona, dejaba en testamento á su Iglesia cuanto tenía, disponiendo que se hiciese una estatua de mármol representando á la Virgen, coronándola doce estrellas, teniendo en su vestido el sol y la luna, y debajo de sus pies á la serpiente antigua hallándola la Vírgen. Y «quiero dice la escritura de donacion. que esté representada la serpiente como intentando arrojar en vano de su boca la ponzoña del pecado, pero rompiendo la Vírgen su cabeza con el pié, como conviene á la que por gracia de su Hijo y con una redencion antici- pada fué preservada de la culpa original.» Esta escritura trae esta fecha: en el mes de Diciembre, en la fiesta de la Santa é Inmaculada Concepcion de la Bienaventurada Madre de Dios, disponiendo además que en la fiesta que se ha de hacer á sus expensas se cante el tropo, como si dijéramos la Sequentia. Esta Sequentia es otro monumento de lo que se creía piado- samente entre los fieles, sin que hubiese habido necesidad de mandár- selo; decía así. Salve, eeterni Patris filia, Dios te salve, Hija de Dios Padre, Candidissima uti lilia. Blanquísima como azucena. Salve, Mater Redemptoris. Salve, Madre del Redentor. Salve, Sponsa Spiratoris. ¡Salve , Esposa del Santificador. Sine macula concepta. Sin pecado concebida. Salve, Triadis electa. De la Trinidad elegida, Salve, inferni victrix aspidis, |Vencedora del áspid infernal. llltus expers sola cuspidis. La sola exenta de su aguijon mortal. Salve, Triadis, etc. Salve, de la Trinidad, etc.

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