BCCPAM000542-2-34000000000000
609 La religion católica, que es la única verdadera, y la que única mente inspira al hombre ideas puras, nobles y snblimes, la que lo eleva sobre la materia y la corrupcion, haciéndole ver en lontanan- za el reino de la dicha que le espera, la que sostiene su debilidad, y la que llena su corazon de esperanzas fundadas y deseos puros, es la religion del amor, de la piedad, de la sociabilidad humana, de la verdadera filosofía , del santo cariño, de la esperanza, de la dicha, y de la gloria y felicidad imperecederas. Esta religion dice al hom- bre que la profesa, que la Virgen está velando desde el cielo por el bien de sus hijos, que ruega siempre á su Hijo Dios, que mire con misericordia á los hombres , y que los que la invocan con fe y espe- ranza, alcanzan del Altísimo las gracias necesarias para salvarse. ¿Puede darse filosofia que abra al hombre camino más ancho que éste para su propio engrandecimiento? ¿Habrá sentimientos más aná- logos con lo que el hombre ve y palpa desde que nace, y con lo que su sentido íntimo le inspira ? Véase cómo un santo Padre al hablar de la asuncion de la Virgen, presenta en pocas palabras lo que-es la misma Virgen respecto de los creyentes: «Recibió, dice, el cielo lo que era suyo, este tesoro pre- ciosísimo: pero aunque Dios la traslade á los asientos de su propia bienaventuranza, no nos la quita del todo á nosotros: y por muy léjos de nosotros que se la lleve, ella no se separa de las cosas, que nos pertenecen. Porque ella tiene cuidado de nuestras cosas lerrestres, y promueve, y gobierna, y conserva lo que nos pertenece: obra suya y don suyo es el buen gobierno de la república, la paz de la tierra, la union de las iglesias , el poder de los cetros, la fortuna próspera de los ejércitos, y la posesion de cuantos bienes tenemos: por ella vivimos, y somos, y nos movemos; por ella al pasar de aquí al otro mundo, confiamos que hemos de ser dichosos en la vida venidera; y para de- cirlo todo en pocas palabras, todas las cosas prósperas en esta vida y en la otra, nos vienen de ella, siendo ella la que en toda ocasion rue- ga á su Hijo y á su Padre, para que se nos muestre misericordioso. Todo esto nos proporciona la Virgen, y nos lo dará (1). » Mas que esto todavía afirma San Isidoro de Tesalónica, despues de probar que nuestra regeneracion espiritual se ha hecho por la Virgen. «Hay, dice , en esta Señora dos aspiraciones inmensas , que desea ver cumplidas : así como entre las cosas más sublimes nada hubo que pudiese llenar una de estas aspiraciones, hasta que no tu- razon lo que nosotros vemos practicado ya. El protestantismo es el An- ticristo moral que más de cerca prepara el camino para que venga el Anticristo que en los últimos tiempos ha de hacer la guerra á la Iglesia católica. ; : (1) Div. Joan. Euchaitens., serm. in Deip. Dormit. n.* XXXII. 39
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz