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ps to 7) LIBRO TERCERO. —Ts— LA VIRGEN EN LAS FIGURAS ANIMADAS Suit? Genealogtas. Desde que Dios reveló al hombre el fin para que lo había criado, le enseñó á no fijar su amor en las cosas terrenas , ni aspirar á po- seer grandezas humanas , porque todo lo que no sea conocer á Dios mismo y amarlo sobre todas las cosas, no pasa de ser vanidad y alliccion de espíritu; y además, la verdadera y sólida grandeza no la ha de buscar el hombre en realizar empresas árduas, pues por gran- des y colosales que sean , desaparecen todas con el tiempo , y pueden ser reducidasá la nada en un instante con solo una mirada airada del Todopoderoso. Sin embargo , es preciso advertir que no todas las grandezas que vemos en el seno de la humanidad , son pura vanidad: pues hay algunas instituidas por el mismo Dios, en las cuales suele colocar él mismo á quien le place , pues es él quien levanta del polvo al pobre , y del estiércol al indigente, y lo hace sentar en solio de gloria (1). Es.él quien tiene el dominio en el reino de los hombres y lo da á quien quiere, colocando sobre el trono el más infimo de entre ellos (2). Es él, por fia, quien da facultad á los hombres para san- cionar leyes, y decretar cosas justas , y mandar á los demas (3). Dedúcese de esto, que las verdaderas dignidades , léjos de ser por su naturaleza cosas vanas , son otras tantas grandezas , que Dios en su economía sapientísima ha instituido para representarlo á él mismo, más ó ménos en la tierra: pues como dice San Pablo, no hay potes- tad que no venga de Dios, y quien resiste al hombre que está inves- tido de ella , no resiste al hombre , sino al mismo Dios ( 4). Podrá su- (1) 1 Reg., cap. 2. y. 8. (3) Prov.,c.8,v. 45. (2) Dan., cap. 4, v. 14, (4) Rom.., cap. 13, v. 1.2.

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