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52 aquél vivió el Adan terreno, y en tí el Señor que bajó del cielo. Te prefiguró el arca, en cuyo seno se salvó la semilla del mundo. Te delineó la zarza , te expresaron las tablas escrilas por Dios , te anun- ció la arca de la ley, y tambien la urna de oro, el candelabro, la mesa, la vara de Aaron, que floreció. ¡Qué! ¿No era figura tuya aquel horno en que á la par eran activos el rocío y la llama, que sig- nificaban que habitaría siempre en tí el fuego divino? Tambien te significó admirable y expresamente la fienda de Abraham , porque al entrar el Verbo en tu vientre y vivir en él como en una casa, la na— turaleza humana le dió las primicias de sí misma , tomadas de tu purí- sima sangre, y eran un pan recocido en el rescoldo del amor divino, convertidas entónces en pan verdadero, las cuales, hechas un cuerpo unido 4 una alma racional é inteligente, subsistirían en su persona divina. Poco ha faltado que no se me olvidara hablar de la escala de Jacob. ¡Pues qué! ¿no saben todos que tú estabas prefigurada en ella ? «¿Y en qué lugar pondré los anuncios de los profetas? Pues qué ¿nó se han de referir 4 tí, si queremos demostrar que son verdaderos? ¿Qué cosa es aquel vellocino del Señor , al cual bajo á la manera de una llovizna el Hijo de Dios, que es eterno como su Padre y compa- ñero de su reino? ¿Quién es aquella Vírgen que vió Isafas, la cual tendría 4 Dios en sus entrañas, lo pariría Virgen y nos lo daría? ¿Qué cosa es aquel monte de Daniel, del cual se desprendió la piedra angu- lar, Cristo, sin que mano humana interviniera en ello? ¿No eres tú aquella que concebiste sin semilla de varon, y pariste siendo Virgen? Venga el divinísimo y altilocuente Ezequiel, y muéstrenos la puerta cerrada que está patente, pero no abierta al Señor, como él lo anun- ció, y confirme sus profecías con los hechos ya consumados. Sin duda que te ha de señalar con su dedo, porque por ti pasó Dios, que es sobre todas las cosas, tomando carne en tu seno, y saliendo de ti sin abrir la puerta de tu virginidad. Este sello goza de los fueros de la eternidad (1).» Así el Damasceno; así nosotros. (1) Div. Joan. Damasc , Crat. Lin Deipar. dormit.

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