BCCPAM000542-2-34000000000000

E 496 Así San Tarasio: así la Iglesia católica, y así han de decir y creer y esperar los que quieran tener parte en la herencia de la salud eterna. A gen. Los herejes llamados Protestantes debian hacer más aprecio de las alabanzas que dan á la Vírgenjlos Padres de la Iglesia, concluyendo de una vez con sus errores tan añejos sobre el orígen de esos encomios. Los atribuyen á San Bernardo, á quien tan sólo por esto miran con poco aprecio, haciéndole fautor fanático del escolasticismo. Si se tomasen la molestia deleer á los Padres de los primeros siglos, verían que todos ellos, pero en especial los Griegos, entre los cuales jamás hubo cuestiones ni opiniones de escuela, ensalzan hasta el cielo las excelencias de la Vírgen, sobre todo su pureza y virginidad. San Tarasio de Constantinopla, si- guiendo las huellas de los demas Padres que le habían precedido, y las tradiciones que habían dejado en el Asia Menor los Apóstoles y discípulos de Jesucristo, y habían conservado los Ignacios, los Policarpos,los Gre- gorios de Neocesarea, Jos Basilios, los Gregorios de Nazianzo, los Crisós- tomos y los Nisenos, compendia en un corto discurso cuanto puede de- cirsc de la Virgen, describiendo sus virtudes representadas en cuantos símbolos, figuras y tipos animados é inanimados hubo en el pueblo de Dios. Esta, repetimos, era su fe, es la de la Iglesia, y fué la de los Apóstoles, pl n o $

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz