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40 mo empezó una era, cuya duracion tocaría y cumpliría ua círculo de cuarenta siglos, en la cual se irían sucedfendo con gloriosa significa- cion los símbolos y tipos, que con una elocuencia aneja á su naturale— za peculiar dirían lo que había de suceder despues de cuatro mil años. La humanidad habría de pasar por muchas fases , y tendría que sufrir pruebas muy duras, para que comprendiese la necesidad que tenía de un remedio bajado del cielo; y á medida que fuesen acer— cándose los tiempos , y según el estado de los entendimientos lo exi- gía, unas épocas serían de figuras y signos, y otras de palabra y de profecía. Y si por los tipos y parábolas, como dice San Treneo, era significado Cristo , era conveniente que algunas cosas fuesen anuncia das paternalmente por los Padres, y que otras fuesen prefiguradas legalmente por los Profetas (1). Entre tanto, como no es posible separar los destinos de la Madre de los del Hijo, tampoco pueden presentarse los símbolos y figuras que designaban á éste, sin que todos ellos la significasen tambien á aquélla. Desde que Dios manifestó á Adan el nuevo órden de cosas, comprendió éste perfectamente ; que toda la dicha de su descendencia dependía de un hecho que había de tener su consumacion á su tiem- po, y enyo resultado sería el triunfo de la verdad sobre la mentira. Pero es digno de tenerse presente, que en la publicacion hecha por Dios de las cosas venideras, unas son expresadas en el sentido natu- ral y genuino que tienen, y otras son revestidas de figuras. Se habla de enemistad formal que ha de existir para siempre entre los oriun- dos de la serpiente y la semilla de una mujer que ha de venir; se habla tambien en sentido literal de un dia de combate , pues ha de llegar un momento, en que ha de ser estrellada la cabeza de la serpiente: pero hay otras cosas que no aparecen sino simboliza= das, siendo las cosas presentes tipo y figura de las venideras, y de las que se encierran misteriosamente en sus apariencias. Porque la serpiente misma seductora de la primera mujer, es un tipo del de- monio; su cabeza es un símbolo de su orgullo; el mismo Adan, que con su arrepentimiento y penitencia elude en parte las conse- cuencias personales de su caida, entrando en la amistad de Dios, es figura del nuevo Adan , que con su humildad ha de destruir las obras del espíritu malo; la misma Eva es la representacion de la nueva madre que han de tener los hombres , y de la cual han de recibir una vida mejor que la natural ; la semilla de que se trata expresa la filia— cion perversa de los que en sus obras y en sus creencias han de tener por padre á Lucifer por una parte, y por otra á la gran generacion de los hombres á la vida de la gracia en el hijo de la mujer que es (1) Contr. heres,, lib. 9, cap. 25.
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