BCCPAM000542-2-34000000000000
IS a PP 455 inestimables y hartura completa, dejando despojados y desnudos de todo esto á los que tenían estas riquezas y se gloriaban en ellas. Y.no eran aquéllos, sino los humildes, los que temían á Dios, los que vivien= do en “este valle de lágrimas, suspiraban por la patria celestial, tie- rra de los vivos y los que tenian hambre y sed de la justicia. A estos ha enriquecido el Señor con sus bienes: los ha embriagado en la abun- dancia del torrente de delicias, que hay en la casa de Dios ; porque no han puesto su corazon en los bienes caducos de la tierra, ni-sehan adorado á sí mismos no reconociendo el principio de sus excelencias, sino que hán amado á Dios como á bien sumo y único, y le han dado gracias sin cesar por sus misericordias sin número : á éstos ha ensal=> zado el Señor, á éstos ha enriquecido, dejando sin nada á los altivos que se veían ricos y no quisieron confesar que eran deudores á Dios: de lo que poseían (1). Al oir cuanto dice la Virgen en esta parte , que podría llamarse la sublime y heroica de su cántico, más se ve uno tentado á creer quese halle ya sentada en el cielo al lado de su Hijo, triunfante ya también del demonio y del infierno, y teniendo enfrente de sí al ejército inmu- merable de santos que ha rescatado, que nó en la! tierra ¿hablando con los mortales. María ha visto los tronos del cielo, ocupados por los que se salvan en la sangre de su Hijo; y desde: Adan y Eva, quienes se salvaron pór la fe que tuvieron en el Redentor que había de venir, hasta el último justo que se ha de salvar entre las ruinas humeantes del mundo, ni uno solo hay, cuyo trono no haya visto esta niña de quin- ce años. Pero no hay que 'extrañarlo : Maria lleva dentro de su seno todo el empíreo, pues ha concebido en su vientre al que es la gloria ly corona de los santos, al Rey inmortal de los siglos, al que por haberse humillado adquirió un nombre eterno, delante del cual se inclinar por amor y reverencia los habitantes del cielo; y los que le:sirven con te- mor y temblor en la tierra, y con*terror y por fuerza los que están encerrados en los abismos. ' Despues de explicar las grandezas de la redencion, la tierna Vírgen dice tales palabras, que nos hacen comprender que ella esla criatu- ra más humilde de cuantas han salido de la mano de Dios; pues así como empieza su cántico, alabando la misericordia de Dios, ¡asíole concluye atribuyéndolo todo 4:sus misericordias. No se gloríe nadie en si mismo, dice María, dé haber llegado á tanta felicidad; porque todo es efecto de la misericordia de Dios, que adoptó 4 los escogidos por hijos suyos, cumpliendo lo que , movido por su misericordia, había | prometido 4 Abrahan y á nuestros padres. ¿Quién puede investigar sus (1) Esurientes implevit bonis, et divites dimisit inanes. (Luc. cap. 4, v. 33.)
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz