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ml a mE 1 it A e PASA A 431 ¿razon humana-en los misterios deda religion, mo-sólo mo;en- ¿cuentra aquélla repugnancia alguna. en creerlos misterios que.ésta propone como objeto. de la fe,.sino que va:enten- diendo perfectamente la admirable hilacioón que tienen los dogmas con-los artículos: y una vez conocidosy creidos con humildad los artículos, que,son el fundamentode-los: dog- mas, que de ellos. se derivan, éstos se ven con toda:la claridad que puede tener el alma fiel .en :esta vida, en la cual, si bien ve las cosas. de la naturalaza- divina en espejo. y como por enigma, como dice San Pablo (1), mas no tiene ya sobre sus ojos el velo que había sobre los de los creyentes del pueblo hebro. Vosotros, dice el mismo Após- tol, mirando la gloria de Dios sin velo, y 4 caradescubierta, vamos subiendo de claridad en claridad, guiados porel espiritu del Señor (2). Y esto sucede precisamente en el conocimiento delas glorias y grandezas de la Virgen María, en quien, desde la predestinacion á la maternidad divina se va caminando progresivamente, hasta verla sentada al lado de su Hijo: en £l cielo gobernando al mundo, asistiendo ála Iglesia en su Yida y carrera militante , confundiendo á los/herejes; des- truyendo á.los perseguidores; desbaratando los consejos de los:impios, y conduciendo al cielo 4.sus hijos humildes. De aquí se deduce que la vida gloriosa de la. Virgen no puede ser escrita con perfección por los hombres; primero, porque nadie ¡puede comprender en esta vida los misterios inefables que la componen, y forman el admirable tejido desu. existencia desde qué fué concebida hasta que:subió gloriosa/en las alas: de los Serafines al cielo; y segundo, porque estando ella protegiendo desde allí á la. Iglesia'y coronándola. de triunfos contra los que la persigan, que - darán siempre algunas acciones, que sólo podrá describir aquél que. despues, de «vencer y. matar ¡últimamente 4 la (4) 4.* Cor. , cap. 13, v. 12. (2): 2," Cor. cap. Be yu 18