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28 finitamente como criaturas, y áun en el orden de las perfecciones propias de cada una hay tambien entre ellas y el Criador una distan- cia infinita, van aquéllas aproximándose las unas á las otras, las mé- nos perfectas á las más perfectas, con un encadenamiento admirable, que sólo el Criador comprende. Vemos que esta aproximacion se hace por medio de una propiedad esencial que es comun á la criatura me- nos perfecta y á la perfecta, la cual esinferior en ésta y superior en aquélla. Así la piedra se acerca á la planta, porque las dos son cner- po material ; mas la planta se eleva sobre la piedra , porque crece, y tiene una vida llamada vegetativa: la planta se acerca al animal, porque ambos crecen; mas éste es superior á aquélla , porque siente y tiene instintos: el animal se acerca al hombre, porque una y otra naturaleza convienen, en la esencia y propiedades de la vida puramen- te animal; pero la naturaleza humana se eleva sobre la de los demas animales por la espiritualidad del alma: el hombre mismo se acerca al ángel, por ser los dos racionales y espirituales ; elevándose éste so- bre aquél por ser espíritu completo sin euerpo: y por fin, el ángel se acerca 4 Dios en cuanto es espíritu, aunque limitado y criado. Aquí concluye esa sorprendente cadena; pero las relaciones de mutua conformidad entre las criaturas se forman de propiedades idén- ticas en la superior y en la inferior: una misma es la corporeidad de la piedra y de la planta; una misma la vegetabilidad de la planta y del avimal; noa misma la sensibilidad del animal-y del hombre; una mis- ma tambien la racionabilidad y espiritualidad del hombre y del ángel. Sin embargo, no se puede decir que sea una misma la espiritualidad y las propiedades del ángel y de Dios, porque desde aquél, que es el más rico eslabon de la gran cadena de séres criados , hasta Dios, hay un caos de inmensidad que no puede franquear el ángel más perfec- to; porque: Dios es esencialmente la vida y el sér, y el ángel más su- blime, comparado con Dios, es esencialmente defeccion y nada. Fácil es deducir de aquí, que si bien Dios mira con complacencia la existencia de toda esta série de criaturas , porque todas respectiva- mente publican su gloria, nó á todas las tiene el mismo amor, siendo mayor el que tiene á las que se le asemejan , como son el ángel y el hombre, que el que profesa á las demas criaturas , pues cada una ha recibido de él su bondad respectiva, segun la medida del amor que Dios la tiene. Y ni áun tiene el mismo amor 4 todos los individuos de esas dos naturalezas, que llevan en su propio espíritu la semejanza de la naturaleza divina, pues hay unos que han recibido dones y per- fecciones mucho mayores que los otros, lo que indica que unos han sido amados por Dios mucho más que los otros: Entre esta inmensa muchedumbre de séres que algun dia habían de existir, hallábase tambien la Virgen María, pues Dios la vió, la contempló, la eligió y la amó desde la eternidad. Como individuo de

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