BCCPAM000542-2-34000000000000

EZ a a ABR Gi Plis ia 332 ruidoso la gloria de la naturaleza divina , que se ocultaba en la huma- na:(1)...Una respuesta, al parecer..dura, fué lo que ostensiblemente obtuvo María de su Hijo en contestacion á. su, amorosa solicitud: ¿Mujer , Ja dijo Jesus, qué tengo yo contigo ?. (2) Aún no es llegada mi hora. Iba Jesus á hacer el primer milagro , mediante la interce» sion y los ruegos de su Madre-:.mas , como lo haría. , nó.con las fuer- zas de la naturaleza humana; que había recibido de Maria, sino con las de aquélla que tenía de su Padre, parecia, decía, San Agustin, que rechazaba la intervencion de su Madre (5). Quería, .dige, el mis- mo, distinguir lo, que. había en él de Dios..y. de, hombre;. pues en cuanto hombre, era. menor que sa Madre y estaba. sujeto 4 ella : mas en cuanto Dios , era-sobre todos (4). Pidióle la,Madre que hiciese, un milagro , y sin negarse 4 obrarlo., quiso explicar ántes de conceder la gracia, que en su naturaleza divina no. tenia madre; y pues que jba-4 hacerlo 4 ruegos de ella, confesó públicamente que la virtud , con. la cual iba. 4 hacer el milagro, que era la divinidad ,le venía de.su Padre... Inefable debió de ser-el gozo. que sintió María en su corazon al ver que en presencia de tanta gente manifestaba su Hijo su oriundez divina, pues.era éste .el .complemento de sus aspiraciones. No había llegado.aún- la hora de operar prodigios en favor de los desgraciados, dice el Crisóstomo (5) , porque éstos no lo.conocian.como á. Dios, y no podían aún pedirle que los favoreciese en aquella necesidad apre- miante : pero los ruegos de María ,suplieron 4 la ignorancia y: la fe de los que iban/á-ser agraciados. Entre tanto , junto con aquella res- puesta de Jesus , áspera al parecer , pero sublime y misteriosa en rear lidad, parece que éste dió-á4 su Santísima Madre una intuicion per- fecta y completa, hasta del modo como ¡iba 4 hacer el milagro : asi es, que volviéndose á los sirvientes , les dijo .ella. lena de piedad y (1) Bédain hune loc. (2) Nos hemos apartado.de la traduccion, que han dado. 4;,este texto nuestros comentadores , los. llmos, Sres. Scio. de Sun Miguel y Torres Amat, siguiendo la que le dan Maldonado y el Ilmo. Sr. Martini, Arzo- bispo de Florencia. Puede verse lo que el primero de estos dos últimos autores dice en su comentario sobre este texto: ahóra sólodirémos; que no hay razon para traducir de dos modos diferentes, textos latinos que son idénticos; como son éste, comparado .con. los del ib. 2.” de los Re- yes, cap. 19, v. 22, lib. 4.*, cap. 9, v. 18, 19, y los de San Mateo, cap. 8, v. 29, y cap. 27, v. 19 : y que tampoco la hay , para dar el mismo-sen- tido á éste texto que á dos más que tienen una sintaxis latina muy ¿gife- rente, como son el célebre auided nos? de los fariseos á Judas, y el otro celebérrimo de Jesucristo á San Pedro, quid ad te? los. cuales ho se pa- recon al quid mihi et tibi est , mulier? del mismo; y sin embargo, hán sido traducidos del mismo modo. (3) Tract. 149 in Joann. (4) De Symbol. (5) In hune loc.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz