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RT cr AA ¿ dl 3 $ 4 312 tan afligida, y añadió que no se deseonsolase , porque su Padre quería que padeciese la muerte, y él tenía la misma voluntad que su Padre (1). En medio de estos trabajos sufridos con igual resignacion y ale— gría pasó la Virgen siete años, al fin de los cuales el ángel del Se- ñor avisó al Santo José, que volviese con su familia á la Judea, por haber muerto ya los que querían quitar la vida al niño. No interpuso demora alguna el virginal esposo: y poniéndose en viaje, emprendió el camino hácia su patria, padeciendo todos tres en este trayecto mucho mayores trabajos, que en su venida: porque entónces el Niño iba en brazos de su Madre no teniendo sino dos meses poco más ó ménos : mas ahora tenía que ir á pié, ó alternando ora sobre los hom- bros de su Madre, ora sobre los de su padre putativo , atendido que no tenían recursos para proporcionarse la más mínima comodidad. «Salieron, pues , de Eliópoli 4 pié , y viendo su pobreza , no faltó, »dice San Buenaventura (2), quien se compadeciese de lus peregri- »nos, y llamando al Niño, le diese algunas monedas que éste recibió, »alargando la mano con rubor, pero dándole las gracias con mucha »dulzura.» Mas ¿qué valía esta limosna para un viaje tan dilatado? Grandes penurias, trabajos árduos y aflicciones innumerables sufrió la santa familia en el regreso á su suelo natal, y cireunscribiéndose á lo que padeció el Santo Niño, dice el mismo seráfico Doctor, que bastaban ellas solas para redimir al mundo (3). Llegaron por fin á la Judea, donde opinó prudentemente S. José que no convendría vivir, por reinar en ella Arquelao hijo de Hero- des, en cuyo corazon suponía con fundamento, que existía el mismo odio contra Jesus que en el de su difunto padre: no pasó por tanto de los límites de esta tetrarquía, mas tomando los caminos más segu- ros, se retiró hácia las partes de la Galilea, estableciéndose de asien- to en la ciudad de Nazareth, conforme Dios se lo inspiró en sue- ños (4). . ¿Quién no bendice al Señor al considerar con qué sabiduría, fuer- za y suavidad dispone todas las cosas? En este viaje de la Virgen á Egipto, en su permanencia en él, y en su regreso á la Judea y en el avecindamiento que tomó en su antigua casa de Nazareth, no sólo se cumplió la profecía en que Isaías dijera que Dios montaría sobre una nube ligera, en la cual como en una carroza entraría en Egipto, (1) Cum quadam die, cogitante me de passione sua, videret me meestissimam, respondit mihi. eur maerore contraheris, mater? Vo- luntas Patris mei est pati mortem, et imo voluntas mea cum Patre. (S. Birgit... lib. 6 Revelat., cap. 18.) (2) Meditat. Vitee Christi., cap. 13, de redit. ex Egypt. (3) Solus hic labor ad plenam redemptionom sufficere debuisset. (4) Matth. cap. 2, v. 22.
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