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IA AS 298 fuerza del dolor todas las alegrías de la maternidad divina (1). Con estos pensamientos salió la Reiná del cielo del templo santo para volver á su hogar, encaminándose hácia él con su castisimo esposo. ¡Ah ! Aprendamos de María la obediencia á la ley de Dios, y la fortaleza para tomar la cruz con alegría como ella lo hizo, y digámos- la con fe y ternura. Oh Madre de todos los creyentes, que con más fe que Abrahan , ofreciste á tu Hijo en sacrificio por nosotros, asístenos con su gracia, para que le hagamos sin cesar oblacion sincera de nuestros corazones con todos sus deseos y aspiraciones , y sean éstos siempre una víctima que muera al mundo en el altar del amor divi- no, y viva en presencia de Dios por la gracia en esta vida, y por la gloria en la otra. Así sea. (1) Quando considerabam loca clayvorum in manibus et pedibus, quos crucifigendos audlvi , tunc oculi mei replehantur lacrymis. (S. Bir- git. lib. 1.* Revelat., cap. 10.)