BCCPAM000542-2-34000000000000
238 Tan grande como esto y tan inefable fué la aparicion de la que había de engendrar 4 su mismo Criador: sin embargo, el Espíritu Santo que dirigía la pluma de los autores sagrados, no quiso que se hablase de la concepcion, del nacimiento y niñez de María, ni que se hiciese mencion alguna de aquel hombre admirable, á quien toda la humanidad debe el don de los dones, que sólo era digno de Dios, ni de aquella nobilísima Señora , cuya sublime virtud no necesitaba de más demostracion que la confirme, sino el fruto de su vientre. ¿Qué misterio es este? ¡Virtudes tan heroicas y de tantos años dejadas co- mo en olvido , cuando tanto se recomiendan las de Zacarias é Isabel! ¡Un nacimiento tan augusto y tan deseado, y tan lleno de portentos pasado en silencio, cuando se han dado despues los detalles más mi- nuciosos del de San Juan , que debió su santificacion á María! Misterio muy grande hay encerrado en este silencio: la primera noticia que nos dan de esta excelsa Reina los Evangelios, es que había una Virgen que se llamaba María, y que estaba desposada con un justo, llamado José. Y como si hubiese descendido de los cielos, no se dice dónde nació: y como si hubiese nacido por su propia virtud, tampoco se nombran sus padres. ¡Oh misterio verdaderamente incomprensible de las grandezas de María ! Viene esta niña á ser una representacion sensible de la paler- nidad increada 6 infinita en este mundo: porque ha de tener un Hijo, que es engendrado eternamente sin tener madre en los cielos, y será engendrado temporalmente en la tierra, sin tener padre , pues lo en- gendrará sin obra de varonuna mujer, siendo ésta la inmaculada María (1). Y ha de haber tal union de ideas y de afecto entre el Padre eterno y la Madre temporal , que han de refundirse simultáneamente en el mismo Hijo, pues María ha de dar el sér humano al mismo , á quien eternamente da el Padre el sér divino. Este Padre es esencial- mente luz, es incorruptible é inmortal, y era necesario que la Madre no conocierajamás la sombra de la culpa, ni sintiera la corrupcion de la carne: este Padre no puede tener mancilla , por ser la pureza y verdad por esencia : tampoco María debía tener mancha la más leve, ni sufrir las consecuencias del primer error y pecado , para que fuese digna Hija del que es Santo por esencia, y engendrase dignamente al que es el candor dela eterna luz. Pero este mismo Eterno Padre es innascible, 6 ingenerable, dando al Hijo la vida , la esencia, la luz eterna, la divinidad, como la fuente y el origen de todas las perfec- ciones divinas, sin recibirlas él , porque engendra y no es engendra- (4) Iste puer non indiget patre super terram , incorrnptibilem enim habét Patrem in ccelis ; non indiget matre in coelis, immaculatam et castam habet matrem in terra. (Orígen., homil. 3 in Matth.)
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz