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237 mos, los ángeles santos no dejaron jamás abandonado ese reclinatorio divino, ni dejaron de estar á su lado con espada en mano para hon- rarlo , y para rechazar á cualquiera que quisiese acercarse á él sin la debida reverencia, y sin rendirle el honor conveniente. Más adelante veremos el respeto, con que los espíritus soberanos servian á su Reina cuando vivía enel templo: pero esta asistencia de los ángeles no será, sino la continuacion de los honores empezados desde el momento de la animacion de la Virgen. Dichosa y mil veces dichosa Ana , que sin verlos ni sentirlos , tenía siempre á su lado á los ángeles, haciendo la guardia al trono del Salomon celestial. Cuan do la recien concebida empiece á respirar por primera vez el aire co- mun , viniendo destinada á ser Madre de Dios y Reina de los ángeles ¿o vendrán todos los coros y jerarquías 4 rendirla homenaje, mar- chando desde el cielo en escuadrones ordenados, llenando los espacios de suaves melodías, y entonando cada jerarquía , arrodillada ánte su Reina, un himno á Dios y á su Madre futura? Esto explica el porqué de ese santo éntusiasmo que se apoderaba de los Santos Padres, cuando trataban de la aparicion de esta santa niña. «Hoy nace, dice el citado San Pedro Damiano, hablando de su nacimiento, la Reina del mundo, el tabernáculo de Dios, la estrella del mar, la escala del cielo, por la cual el Rey celestial bajó humilla= do hasta muestra pequeñez, y el hombre, que estaba postrado, subió ensalzado á las cosas soberanas.» «Hoy, exclama el Damasceno (1), Dios con un nacimiento terreno formó un cielo mucho más divino que el primero, pues el que puso el sol en el primero siendo el Sol de justicia ha de nacer de este.» «Alegraos por tanto, oh montes, es devir, oh naturalezas dotadas de razon; porque ya sale á luz el monte brillantísimo de Dios, aquel monte , que se levanta sobre todo collado y sobre todo monte, es decir, que supera á todos los hombres y á lo- dos los ángeles (2).» En este nacimiento y en esta luz tan. preclara levantemos la voz con un clarin espiritual, dice otro santo, porque la que nace en este dia de-la sangre de David es madre de la vida, fugadora de las tinieblas, reparadora de Adan, rehabilitadora de Eva, fuente de la inmortalidad : nace hoy aquélla , que estaba predestinada á ser Madre de Dios: nace la gloria y el ornamento de la virginidad, la vara de Aaron que germina de la raíz de Jesó: macela anunciada por los Profetas , el gérmen feliz de Joaquin y Ana. Nace ella y junto con ella el mundo renace y es renovado : tambien nace la Iglesia, y se adorna ya con sus galas y su belleza. Nace el templo santo, el recep- táculo de la Divinidad , el órgano virginal y el tálamo real, en que se cumplió aquella admirable union de las dos naturalezas en Cristo (3). (1) Orat.2, de Deipar. Nativ. (2) Orat. 1, de Deipar. Nativ. (3) Georg. Nicomed. in orat. de Deipar. Natal.

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