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LIBRO NONO. —SRA LA VIRGEN CON RELACION Á LOS ÁNGELES. Al delinear el cuadro de la naturaleza angélica , para decir lo que es la Virgen con relacion á los individuos que la componen , se hace necesario el colocar ante todo la cuestion en el verdadero terreno: porque no hay que figurarse á estos espíritus rodeando con actitud humilde , y levantando sus ojos con mirada extática á la Virgen, que en Belen tiene en sus brazos al Niño, cuyo pie besan reverentes los tres sabios que han venido de Oriente, dirigiendo su marcha una nneva estrella : ni tampoco hemos de poner como punto de compara— cion lo que pudieron hacer los ángeles en obsequio de su Reina, ora en sus viajes con el Niño recien nacido, al huir 4 Egipto , ora en su mismo hogar doméstico. Porque en primer lugar , todo esto es un li- bro cerrado , en cuyas páginas nadie puede echar sus miradas; y en segundo no queremos examinar las cosas por lo que vemos, sino en sí mismas , en su entidad pecnliar. Una vez que, al entrar el Hijo de Dios en el mundo, han recibido los espiritus soberanos órden expresa del Eterno Padre para que lo adoren; y puesto que saben que aquel Niño es su Dios, su Criador , su glorificador , y que aquella Virgen es su Madre , no verémos en ellos sino humildad , respeto , acatamiento y reyerencia hácia esa misma Virgen. Y esta actitud humilde de los espíritus soberanos es una confesion sincera y paladina de su inferio- ridad al lado de la excelsa Señora que es su Reina. Y ni bay para qué presentar las razones convenientes , para de- mostrar el porqué de esta inferioridad de los ángeles respecto de la Virgen Madre de Dios. Porque ¿qué importa que los ángeles sean puros espíritus sin corporeidad alguna, y que su naturaleza sea com- pleta y perfecta, inteligente en grado sumo, perspicaz hasta penetrar los secretos de las cosas naturales , de memoria indeleble, y no suje- tos á ningun cambio ó6 mutación, como lo están los cuerpos? ¿Qué importa que la Virgen tenga un cuerpo , y que este sea por su na- turaleza divisible, deleznable y sujeto á corrupcion y disolucion? Los ángeles, que tienen una ciencia perfectísima de la naturale— za divina , y el más alto conocimiento de los misterios encerrados en la maternidad divina de la Virgen ; los ángeles , que miraban con asom- bro á la Madre del Verbo, divinizada con las cosas que habian pasado