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* 202 = Angeles: porque, que Dios obedezca & una muger es humil- — dad sin ejemplo, y que una muger mande 4 Dios es sublimi- dad sin igual.» Pues bien: mandando la Virgen 4 su Hijo, ng engafié al demonio, y obedeciéndola Dios, se confirmé aque] en la obcecacion de que la que mandaba era una muger, y el que obedecia un hombre. Mas, cuando Jlegé la hora del. combate, este hombre vencié 4 Satands, entregandoselo 4 su Madre, para que ella hollase su cerviz altiya con su pié virginal, rodease una cadena 4 su PURE y lo ee al abismo. A - Coneluiremos p sr: thesia ente aie Suehensntieltacsa inugatro-conguslo,- ‘dirigiendo 4 la Virgen las. palabras: San Juan Damasceno pone en boca de nuestros primeros padres. «Bienaventurada y bendita eres ti, que nos quitas- te las penas merecidas por el pecado. Tu diste 4 luz el ves-_ tido de nuestra inmortalidad, nos devolviste Ja bienaventu-— ranza, borraste log dolores, rompiste las fajas de la muerte, y nos llevaste del destierro 4a patria. Nogotros cerramos él paraiso y tt lo abriste, sefialandonos el camino para llegar al Seek de la vida. Ta.eres fuente de vida, y escalera del. cie- a € eres bendita entre todas las mugeres.» * Bendijote ‘el Sefior con su virtud, podemos decir 4 la Virgen mejor que los judios 4 Judith, porque por ti ha aniquilado d nuestros enemigos. Benita eres del Senor Dios excelso sobre todas las mugeres de la tierra: bendito el Seftor, que crid el cielo y la tierra, y te dirigid para herir la cabeza del caudillo de nuestros enemigos. Porque con esa hazafia ha engrandecido tanto tu nom- bre, que no se apartaré tu alabanza de la boca de los hombres, que se acordardn siempre del poder del Seitor, por amor de tos cuales no perdonaste & tu vida, SS ee blo, y ‘acudiste d au-reina: delante de nuestro Dios*. fig: 4 §. Joann. Damasc. orat. 2 de Dormit, Deipar. % Judith. cap. 13, v. 23, 24,25. =, =< ie" Se ii Sad Diba icte SPT ap
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