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199 Hijo. —*! hasta aquel instante de Lucifer, alain do este el modo de su santificacion, no sabiendo que ni por un instante habia sido esta Virgen esclava de la culpa ori- ginal, no habia sospechado que se encerrase tanta virtud en una muger, que 4 su parecer era como las demas. Ocultado isu entendimiento por especial designio de la Providencia el modo sobrenatural como habia sido prevenida y prepara- da la Virgen, para que fuese digna de dar 4 Dios la vida temporal, no habiendo tenido conocimiento del coloquio del Angel Gabriel con ella, ni mucho menos de la concepcion santisima del Hijo de Dios en sus entraiias virginales, no pens6é jamas Lucifer que el pobre hogar de un artesano de Nazareth fuese la casa de Dios en la tierra: ni mucho menos que estuviese oculto tras de esas apariencias de hombre po- bre y plebeyo, el. gran atleta que lo habia de yencer. ;Cémo podria imaginarse Satands, que aquella muger modesta, si- lenciosa, recatada, humilde, 4 quien no se la veia en ningun parage de honor, que estaba siempre encerrada en su po- ‘bre morada, que pasaba en el concepto del vulgo por una pobre que no tenia ni aun con que enviar 4 su Hijo 4 las es- cuelas, y que por fin se va al Gélgota 4 ver morir 4 su Hi- jo, mientras le ha faltado el valor, segun cree Satands, para presentarse al tribunal 4 pedir alguna gracia para su Hijo, atendido que ella quedaba. en la orfandad y pobreza, era la gran heroina prefigurada. en Débora y en Judit, pues iba él & caer en sus manos como oto Sisara, como otro mae para ser destruido por esa Virgen? acl tarie Sin embargo, asi sucedid: en. ins momento se uae lo que el apdstol describe con. estas palabras hablando de Jesucristo y del fruto de su muerte: Cancelada, dice, la cé- dula del decreto firmado contra nosotros, que nos era contrario, quitéla de en medio, enclavdndola en la Cruz. Y despojando 4 los principados y potestades del infierno, los. sacé valerosamente en piblico, y llevdlos delante de st, triunfando de ellos en su propia persona ‘. Y esto mismo canta la Iglesia, llena de santo en- * 1} Colos. cap. 2, v. 14, 15.

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