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* justo, como ‘ebro its & quienes | - 2 ( f 193 7 geass -ahpy eo yr eas nado jams. Laménitase de su ignorancia en no. ‘haber. teni- do bastante ‘destreza para haber descubierto, que en aquel cuerpo’ estaba encerrada la divinidad; de su torpeza en ha- ber incitado contra ese gran profeta las iras de sus enemi- gos, pues por dar la muerte 4 quien nada le debia, perdia. el dominio sobre tantos siervos, cuantos eran lo : individuos, de la‘naturaleza humana: Ya, antes de ‘haber dejado «de. vivir el crucificado, han acometido 4 Lucifer1nuevos Tecelos, y ma- yores sospechas que ntinca, ‘porque ha. visto que, Jesus*no - cesaba’ de’ Mamar & Dids su Padre, ni de conducirse como Rey y.Setior de los cielos, pues prometia el |paraiso 4 uno de los qué morian con é1: pero alli mismo desechaba,esas ideas, - porque véid que Jesus pedia auxilio al cielo,.y que tenia sed y sufrfa -erueles agonfas, lo q sikpeas en su idea pitts ott Uru & r algun é habia hecho morir entre tormentos, pero no un Dios. Faltaba sin 1 embargo una palabra de Jesus, por la cual entregaba su espiritu al Padre, y ape- nas fué pronunciada, cayé el velo tupido- que encubria 4 Lucifer las glorias del Dios paciente: Satands queddé. sor- prendido, inmévil, confuso, y como si en el acto mismo hus biese caido en estado de estipida atonia. Pero no era este el avantimas fatal para ‘Lucifer: por- que la primera mirada qu id al q uerer r del letargo de su derrota, fué 4 la Virgen: mirada torba e exesy fulminea, con la cual hubiera aniquilado, Je. fuera dable,4 "la muger fuerte que estaba junto 4 la cruz. Este fué el instan- te mas terrible que Lucifer ha tenido, porque, entonces yid que él’no era tan sdbio, ni tan arrogante ,, ni tan poderoso. como’sé lo tenia imaginado. ‘7Qué vid entonces el enemigo? Que una muger tenia mas saber, y mas poder que él: que una muger lo habia engafiado y vencido. |Qué desesperacion! Ha pasado tantos afios despreciando 4 esa thuger, teniéndo- la por vil y de ninguna importancia, y ahora descubre que es ella precisamente la que ha introducido 4 Dios en el mun- do; que ella le ha dado la naturaleza humana, en la cual le ha presentado batalla y lo ha vencido; que ella le ha oculta- _ tado d ese Dios para que él no lo pudiera ver, que ella lo ha TOMO III. 13
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