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174 mas intimo consorcio con la primera, unicando 4 la di-. vina lo que esta puede recibir de ella y recibiendo. de aque-. lla cuanto cabe en los limites de su sér: y por fin el de de-. ber subsistir la naturaleza humana sin personalidad propia. de ella misma, porque la persona divina la, asumira y se la apropiara, resultando de ahi que las acciones de la misma naturaleza humana han de ser. divinas, porque las hors a persona divina.. Este ctmulo de misterios n o fad. presentado 4 pane! de los justos que vieron en. las edades, primitivas los, dias. venideros de la redencion: ni era necesario que los viesen. sino con un velo, por no entrar en la economia divina por entonces. Ja vision. clara y manifiesta de esas grandezas de Dios. Tenian un velo, dice San Pablo, cuando leian, y lo tie- nen todavia cuando leen las profecias en sus. sinagogas: este velo lo iba 4.romper el Mesias; y nosotros, continua di- ciendo el mismo. apéstol, contemplando sin velo y 4 cara descubierta la gloria de, Dios en los misterios de la reden- cion, vamos marchando de claridad en claridad t. Pero, la primera criatura, 4 quien Dios ha revelado todos. estos mis- en aquellos momentos en que, teniendo sus manos y sus ojos virginales levantados al cielo, vié aquel inmenso peso deglo- ria, que estaba para desprenderse del empireo, y tenfa en éxtasis 4 todos los Querubines y Serafines? El acto de fe ma- yor que ha habido desde que hay hombres y. sanlet, el 4 9." Cor., cap. 3, Vv. 18. 2 Con. solo las palabras tltimas ile la a Wingo al ‘fingel se comprende que su mérito tiene una infinidad negativa, que excede ella sola 4 los méritos de todos los angeles y los hombres. Placenos transcribir aqui para demostrarlo un bellisimo razonamiento:de San Bernardino de Sena, que dice asi: «si se considera que el término de este misterio es el con- sentimiento de la Virgen, se entenderd claramenje, que esté encerrado en él cuanto encierra en el alma y en el cuerpo la dignidad de la materni- — dad divina, y que trasciende en mérito de un modo infinito cuanto pue- da pensarse 6 decirse debajo de Dios. Por lo tanto, ese término tan ine- fable estuvyo en proporcion con el mérito; y es preciso decir, que en rea- |
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