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‘171 del embajador celestial, mediase 4 si misma viendo su peque- fiez y la sublimidad ‘de Dios, cuya bondad derramada con “profusion tenia presente: no veia én sf nada que ‘mereciese tan grande embajada, y por este motivo sucedianse en su corazon los pensamientos, que la devoraban como un fuego abrasador. Esta es la causa total y unica de su turbacion, la profundisima humildad de su alma‘. ~ “A no dudarlo, la Virgen inauguraba en aquellos mo- mentos la edad de oro del mundo, en la cual se levantarian innumerables héroes de virtud, que hollarian’ con sus plan- tas al ménstruo del orgullo. Lucifer que se creyé todo, por- que era uno de los primeros angeles, habia levantado el edificio de soberbia que quiso tocar al cielo: la Virgen, que era mucho mas que’ éhy se creyé nada comparada con Dios, eché los ‘cimientos para un édificio de honor, de grandeza y ‘de gloria, que subiria hasta los cielos de los. cielos, hasta el ‘trono de Dios. © La misma conducta tiene la Virgen en las tras palabras que la dirige el angel, siendo ya la consecuencia de haber echado el cimiento inmoble de la humildad. La Virgen, dice San Bernardo, ejercita entonces todas las virtudes en grado herdico, empezando por la fe y concluyendo por la " prudencia, justicia, fortaleza y templanza *. Y aqui tambien lanza la heroina tn golpe mortal contra Lucifer, el cual in- tentando comprender los misterios | divinos, y viendo que su razon altiva y orgullosa no llegaba 4 abarcar lo que es in- menso é infinito, negé la existencia de esos mismos miste- ~ rios, y sé levanté contra el Dios misericordioso Y omnipo- tenteoe se los manifestaba *. t Diy. Laurent. Justinian., serm. deAnnuntiat. 2 Serm. 52 de diversis. 3 Aunque generalmente ensefan los tedlogos que el pecado de los dn- geles malos fué el orgullo y la soberbia, no se sabe cierta y determina- damente, cudl fué la causa inmediata, que fué como la piedra de choque donde se estrellaron. Sin embargo, como para ser remunerados con la hienaventuranza, tuvieron que pasar por una tentacion, opinan algunos que esta fué la de la fe, y que habiendo Dios revelado en aquel momen-