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164 renos. Por eso ‘he querido yo renunciar 4 todo placer, y atin los licitos y honestos los he sacrificado en las aras del amor de nuestro Dios amantisimo: por «es0 he renunciado 4 toda — alianza terrena, y 4 todo consorcio con varon: soy virgen y quiero ser siempre virgen: virgen en el alma, virgen en el cuerpo, virgen en mis pensamientos, virgen en mis deseos. Y siendo este mai “propésito | inmutable, ebro ‘he’ de ser madre? “a AE A beet Esta. dicho y a ‘a “por qué “te ser la Virgen’ reina oe los eet aun ea teen asstaan ‘de Madre de Dis : «sol a A toda la na eza ana, dice San Pe: dro Da ioe) una ‘dignidad e méritos la mas excelente y ‘sublime. Neo puede compararse con. ‘esta Virgen el nobilisi- mo coro de los Patriarcas, ni el niiméro glorioso de los pro- fetas, ni el senado de los apédstoles, ni el ejército victorioso de los Martires, ni alguno de los Padres del tiempo antiguo, ni tampoco alguno |de los que Ja han seguido despties.» * Cuando esta Virgen vino al mundo, estaba la naturaleza humana divorciada, de su objeto, y de su fir. Los hombres a ral es el amor? Pero amaban lo que no de ser amailo : amaban el oro, las riquezas, las ‘glorias mundanas, los “placeres y la sensualidad. El linage humano estaba queriéndose saciar con lo que le daba ‘para alimentarse el amo cruel 4 quien servia: le daba vanidades y deleites del sentido: pero en cambio le hacia pagar caro sus goces: pues lo ‘tenia. esclavizado y Bajeto é aif on dé hierro. xs . Pero aparece ‘terviigen’ dlecliiattit guerra al tirano, no ya. hiriéndole 4 él tan solo en el corazon, sitio inspirando en las yictimas de su tiranfa ideas nobles, que les hagan com- prender |lo que valen éllas mismas por su séf, y lo sublime y grande que es para el que ama, amar lo que es digno de ser amado, y lo mucho que se envilece quien ama el lodo, Ja ba- sura y la one estando en armonia y contacto con 0 celes- di ie foe > Sa a ‘ Serm. in Natal. Deipar. an de amar, si Dios nos ha dado w_