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91 representadas en los pastores de las comarcas de Bethlehem, _ tuvo el gozo de contemplar las del pueblo gentil en los ilus- tres personajes, que, al poco de haber dado 4 luz 4 su amado Hijo, llegaron 4 la pobre casa, donde estaba aposentada. Era pues el caso, que en los mismos dias, 6 quizdis en la noche misma del felicisimo parto de Maria, se habia dejado ver en el terso y didfano cielo de las regiones de Oriente una gran estrella, cuyos movimientos singulares, cuyos nitidos res- plandores y cuya naturaleza especial llamaron la atencion _ de tres potentados, que en medio de ser reyes y sefiores, se ocupaban | en estudiar los movimientos de los astros. No fué poca. Ja sorpresa de estos principes sabios, al observar una cosa tan nueva: y |si bien les era desconocida la materia de que estaba formada, y el origen de tan singular movimien- to como tenia, era atin mas misterioso para ellos el objeto por que se presentaba, pues parecia que les decia, que fA Du- ‘sieran en viage y la siguieran, y que ella los guiaria. _ _Tenacisimos como eran los pueblos orientales en conser- var las tradiciones de sus. mayores, no fué con todo una cosa tan. nueva é inopinada la aparicion de la estrella, pues a pesar de haber pasado quince centurias, se decia atm que - habia habido en tiempos pasados, un profeta en aquellos paises, que vid. muchas grandezas divinas, y que diera no pocas bendiciones al pueblo de Jacob, que pasé por las cer- ~ canias de la Arabia, prometiéndole. que naceria en edad le- jana del seno de este pueblo una estrella, y se levantarian un caudillo y un cetro los cuales heririan 4 los hijos de Moab, y destruirian 4 todos los descendientes de Seth ‘. Vieron pues los Magos, que la tradicion existia, sospecharon que quizds aquella estrella era la que la creencia del pueblo designaba: y moyidos por un impulso desconocido para ellos, pero suave, consolador, y présago de un resultado feliz, convinieron en hacer un viage de exploracion en la Judea, que era el pais donde vivia el pueblo de las bendiciones, preguntar por el gran Rey recien nacido, buscarlo, é ir derechos 4 su presen- + Numer, cap. 24, v. 17.