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74 {Qué lengua podra referir‘lo que pas6é entonces en el co- razon del santisimo esposo, que creyéndose el mas desgra- ciado de los hombres, supo por la voz de un mensagero celestial, que era el mas afortunado de todos? ;Ah! Levantése sin duda del lecho, y pasé toda la noche dando gracias al - Sefior por sus misericordias: y al siguiente dia iria lleno de humildad 4 postrarse ante su amada esposa, y decirla que Dios se habia dignado revelarle, que se habia hecho hombre ' en su vientre virginal, y que venia 4 adorarlo y darle gra- cias por haber escogido para madre suya 4 la Virgen, que le diera 4 61 por esposa: y entonces, aquellas dos almas an- gelicales entonarian en unidad de sentimientos y afectos un nuevo cantico al Rey de las virgenes, déndole gracias is los favores que les dispensaba. Aprendamos nosotros 4 no exigir del Sefor portentos, ni maravillas, cuando nos encontramos atribulados, sino 4 pedir su gracia con humildad y confianza, ejercitando las virtu- des deJa resignacion en él, cuando sabemos que es él mismo quien nos manda los trabajos, afiadiendo la de la caridad al préjimo, cuando el cielo permite que nos cause algun mal: entonces los males se convierten en bienes. — , 0 admirable Virgen. Maria, admirable porque en el pri- mer instante de tu existencia estrellaste la cabeza del dra-- gon con tu virginal pié, admirable porque siendo Virgen, fuiste Madre de Dios, y mas admirable porque en medio de tantas grandezas fuiste tan humilde, alcdnzanos de tu Hijo la gracia para humillarnos en esta vida, 4 fin de ser ensal- zados en la otra. Asi sea. po. sa Tr a ih 8 fli Sy SRS ln

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