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73 Ja serenidad al alma atribulada: mas, era preciso descubrir un misterio de la Divinidad, lo que Maria no hubiera hecho. sin 6rden expresa del cielo, aunque debiese perder cien veces el honor y la vida: era necesario manifestar la dignidad, & que Dios la habia elevado, lo que su humildad la prohibia, Asi, la esposa en su retiro y el esposo en su soledad, eleva- ban al cielo una misma oracion, respirando ambos los mismos sentimientos de humildad, y de acatamiento de los juicios del Sefior, y pidiéndole amparo en tan extremada afliccion, pero mostrandose siempre entre si, llenos de cari- dad, de dulzura, a de santa amabilidad, como si nada de tan complicado negocio ocupase sus animos. | Debemos considerar con gran ‘atencion la conducta que Dios tuvo con las dos almas mas herdicas que habia enton- ces en la tierra: pues quiso que por los medios ordina- rios, que ha establecido en el érden de la gracia, saliesen victoriosos de si mismos y de esta gran tribulacion estos dos héroes, ejerciendo las virtudes del silencio, de la humil- dad, de la caridad, y de la fe y esperanza en Dios, no exi- giendo de él ni prodigios ni revelaciones, ni faltando 4 la caridad.con que nos debemos amar mutuamente, Asi es, que cuando la tempestad parecia mas furiosa, sobrevino la cal- ma: porque, antes que acusar 4 un inocente faltando 4 la justicia, y la caridad, decididse el santo esposo 4 huir 4 tier- ras lejanas, substrayéndose licitamente al imperio de una ley local, y pasar alli dias de amargo llanto al verse lejos de una esposa tan santa, y tan digna de ser amada, y 4 de- ‘vorar en su corazon los denuestos é improperios que caerian sobre él, como sobre un hombre impo, perjuro, sin palabra y sin corazon, y sobre un padre sin entrafias, que abando- nara 4 su esposa é hijoen el tiempo de la necesidad. Un dn- gel del Sefior aparecié al Santo Patriarca mientras dormia, y le instruyé del gran misterio obrado en el seno de su es- posa: y despues de decirle, que daria 4 luz un hijo, le encar- g5 que él mismo como si fuese su verdadero padre, le im-- pusiese el nombre, llamandolo Jesus '. ' Malth. cap. 1, v. 20. , ‘ he od PN IAEE UTNE PE TENE PLE ILE TI el