BCCPAM000542-2-33p02d00000000
cuerpo del Redentor, son misterios escondidos 4 la ciencia humana: mas su consideracion es el principio y fuente de . indecible alegria espiritual para las almas justas en esta vida; y su conocimiento claro y manifiesto proporciona 4 las mismas una de las mayores glorias accidentales en la otra. Entre tanto vese que apenas ha concebido Maria al Hijo de Dios, manifiesta por sus acciones que lleva dentro de si misma el principio de toda doctrina, y el magisterio de la caridad: y como ella, antes de ser Madre de Cristo, ha sido su discipula, apenas lo empieza 4 llevar dentro de su seno, cuando empieza 4 ejercer la caridad, y 4 difundir en la tierra los beneficios de la redencion. _E] angel del Sefior la habia instruido en su embajada de la portentosa fecundidad que Dios habia dado 4 su anciana _ y estéril prima Santa Isabel, y no le permitia su corazon te- ner oculta en su seno la gran alegria que esta noticia la habia causado. Determiné por tanto ir 4 visitar 4 su querida ' parienta, para felicitarla y congratularse con ella por tan inesperada felicidad: y saliendo de su humilde casa de Naza- ret, y atravesando la llanura de Esdrelon, la Galilea, y la Samaria, fué presurosa y solicita 4 las montaias de la Ju- dea: y entrando en casa de Zacarias, abrié sus labios llenos de gracia, tan pronto como puso su pié en el aposento de su prima, y la saludé dandola sus placemes y desedndola la paz del Sefior‘. Cémo hiciese la Virgen este viage, y quién la acompaiiase en los cinco dias de camino, que median entre Nazaret y las montajias de la Judea, es otro de los secretos que Dios tiene atin ocultos, no'siendo creible por una parte, que su castisimo y amante esposo la dejase ir sola, no apa- reciendo porotra su nombre, ni habiendo estado presente 4 la salutacion y admirable coloquio que tuvieron la estéril gravida y la Virgen Madre, ni pareciendo verosimil ademas, que si José la hubiese acompafiado y estado casi tres meses en casa de Zacarias, no hubiese habido uno que lo hubiese instruido del misterio de la Encarnacion, que se habia ma~ ‘ Luc. cap. 1, v. 39. TOMO 11. y 5
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz