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luna 4 su ocaso, empezasen los albores de la aurora 4 anun- -ciar la venida del dia mas aciago, que ha tenido la natura- leza, del mas feliz que amanecié para el linage humano, y del mas espantoso, que ha apuntado jamas para unamadre. Entre tanto la capital de la Judea representaba en su seno escenas bien abominables:~pues mientras la gente baja del palacio del sumo sacerdote se divertia en cubrir 4 Jesus el rostro y darle golpes, puntapiés y empellones, pre- guntandole con sarcasmo que adivinase quién le heria, los grandes de la sinagoga se deleitaban en celebrar con or- gias y zambras la gran captura, que habian hecho. Admi- rabanse ellos mismos, a l ver que aquel preso 4 quien jamais pudieran echar mano, hubiese caido tan ficilmente en su poder, y que sus discipulos se hubiesen desbandado con tanta presteza. Pasado sin embargo el primer momento de su feroz entusiasmo, empezaron 4 reflexionar maduramente sobre los fundamentos que se habian de. sentar, para con- denarlo 4 muerte, sin que jamas pudieran ser inculpados de asesinos; pues los testigos, que se habian presentado al tri- - bunal poco despues de la aprehension, no estaban confor- mes en sus declaraciones y alegatos: y era preciso probar un crimen, por el cual fuese condenado 4 muerte infame, & fin de que su memoria quedase anatematizada. No les fué dificil inventar este crimen;-ni tardaron mucho en deliberar, que reunido de nuevo el concilio, presidido por el sumo sacerdote, fuese traido el reo, y que el sucesor de Aaron, le interrogase con toda la solemnidad de la ley, inter- poniendo el nombre del Dios de Sabaoth, si era él él Cristo del Sefior, el Hijo de este mismo Dios. Porque, si respondia afirmativamente, se condenaba él mismo como blasfemo, sacrilego, y usurpador de los derechos de la divinidad, y de ° los de la familia de David: pues se sabia de publica yoz que él era un miserable, hijo de un carpintero de Nazareth, en donde no podia nacer el Mesias, por no ser de ‘la tribu de Judd: y si lo negaba, tambien caia bajo la cuchilla de la ley, como impostor y falso profeta, pues habia predicado al pueblo, diciéndole que era enviado por Dios y haciéndose igual 4 él, y anunciando que la ciudad de Jerusalén, que
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