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t 158 vil idumeo, y los principes de los sacerdotes, que bajo un — velo de aparente religiosidad eee todas las abomina- ciones. ‘i Jesucristo, que habia venido 4 poner en su lugar la glo-. ty ria de su Padre, inauguré su predicacion entrando en el . templo, y castigando 4 los que lo profanaban, lo que llené 4 de asombro 4 esa turba de hipécritas ambiciosos, avaros; y sensuales que vivian con el tucro y la usura, que cobraban con pretesto religioso: al mismo tiempo abrié sys divinos 1i- bios ensefiando cual era el objeto de la ereccion del mismo _ templo, que habian convertido en cuevade ladrones; en segui- da empez6 4 purificar con su ensefianza los mandamientos de Dios ylas leyes de Moisés, de cuantas interpretaciones' tor- cidas les habian dado los falsos sdbios; poco 4 poco fué ex- poniendo el modo de amar 4 Dios y de adorarlo, el modo de . amar 4 nuestros hermanos, el objeto que nos hemos de pro- poner en hacer las obras buenas, y la rectitud que ha de acompafiar nuestros pensamientos, palabras y obras: por fin, avocdndose cien veces con sus émulos que venfan 4 tentarlo 6 & probarlo, les dijo con toda claridad que eran unos hipo- critas, semejantes 4 los ‘sepulcros de los muertos; que noeran — hijos de Abraham, que no creian en | Moisés , y que los pu- blicanos y las meretrices serian preferidos 4 ellos én el reino de Dios; que perderfan este reino, ddndose 4 otros pueblos que diresen.frte, y por fin que, eran. solidarios de todos los crimenes contra los Profetas, y que caeria sobre ellos toda la sangre derramada desde Abel, ya que estaban en la intencion de llenar la medida de los pecados de sus padres. Tanta fuerza y suavidad como habia en las palabras de Jesucristo, acompafiadas de una vida sin mancilla, tanta obra buena como salia de sus manos, tanto amor como mostraba 4 los pobres y desventurados, y tanta libertad como desple- gaba para reprender el vicio, al mismo tiempo que explica- ba la naturaleza verdadera de las virtudes con palabras sen- cillas, confirmandolas todas con su ejemplo, elevaron su fama 4 un grado que solo conyiene al Dios, que se digné conversar con los hombres. Pero al mismo tiempo, 4 medida que Jesus subia en la estimacion del pueblo, bajaban sus ' ¥ gree $ Ga err ep &
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