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nes divinas en aquella en que Jesus se hallaba, por haber reemplazado la hipocresia, la inmoralidad, la codicia, y la incredulidad, 4 la virtud sincera, 4la santa austeridad, & la caridad y la fe de los antiguos Patriarcas y Profetas. Pa- ganismo y Judaismo iban 4 desaparecer, el uno como falso, y el otro como inutil y perjudicial. -- Hacia un afo apenas que el Redentor se habia dejado ver, y ya se presentaba por todas partes acompafiado de los doce apdéstoles que tenia elegidos: y era tanta la fama que habia adquirido, que se despoblaban las ciudades por venir 4 oir sus sermones, recibir sus favores, y pedirle be- neficios, atendido que lo velan mandar 4 los vientos, 4 las aguas, 4 las tempestades, 4 las enfermedades y 4 la muerte. ' Tanta bondad como Jesus demostraba en sus palabras, tanto amor como manifestaba en sus obras, y sobre todo el carifiio y compasion, con que recibia 4 los pecadores, conmo- vieron 4 muchos que estaban dormidos en el cieno del vicio, y llamados por la gracia divina venian 4 los pies de Jesus, & buscar en él la paz de sus corazones. No se queda- ron atrds las mugeres, ni en dolerse de'sus extravios, ni en buscar al Médico de sus almas: pues abandonaron algunas ricos palacios, dejaron otras sus galas y joyeles, desdefaron. otras sus antiguas y malas amistades, y se dedicaron al servicio del Redentor, siguiéndolo por todas partes, alimen- tandolo con sus facultades, y contandose por muy dichosas en dar por él, no solo sus haberes, sino su vida si fuere ne- cesario, pues habia arrojado del corazon de algunas de ellas siete demonios. Distinguianse entre estas la hija opu- lenta del castillo de Magdalo, la muger del mayordomo de Herodes, Susana, Juana y otras muchas, 4 las cuales se agregaron Maria madre de Santiago, Salomé Marta y su her- mana Maria y otras emparentadas con la Madre del mismo Salvador. Era’ natural, que la que habia compartido con Jesucristo desde su nifiez todos los trabajos, lo acompafiase tambien en la vida laboriosa del apostolado cuyas funciones habia desple- gado ya: y tanto mas, cuanto Maria tenia en su compafiia 4 todas estas santas mugeres, cuya maestra era, dando reglas

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