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148 - LIBRO VIGESIMOTERCERO. ~ La Virgen en la escuela de su Hijo. | FEL Una revolucion radical iba 4 operarse en las ideas hu- _manas; un mundo caduco se iba 4 arrollar, como se arrolla ‘un pergamino viejo, que no contiene sino escritos apolilla- dos, para dar lugar 4 otro nuevo, basado en las verdades reveladas, en los principios eternos de equidad y justicia, de amor y reconocimiento al Sér divino, y de caridad y beneficencia 4 sus semejantes. Se estaba fundando en un rincon del globo, y era como el riachuelo, que brotando de entre las escondidas brefias del desierto, va extendiéndo- se por los valles y recorriendo provincias y reinos, y ha- ciéndose grande, anchuroso y rico con el‘tributo de mil rios que le rinden homenage, hasta ave. entra en el Océano disputandole su imperio. Jesucristo, saliendo @ vez en cuando hacia Jas H- , beras del Jordin, y recorriendo tambien las. del mar de Tiberiades, iba ddndose 4 conocer cada vez mas: y pre- sentindose lleno de una magestad, atemperada por una suavidad de palabras y modales nunca vistos, cautiva- ba 4 cuantos lo miraban con respeto: y como habia deter- minado formar una Iglesia, en la cual fuese adorado su Padre en espiritu y verdad, empezd 4 elegir de entre la masa del pueblo Galileo 4 algunos que aprendiesen 4 su lado las reglas y preceptos necesarios para amar a Dios, y sostener su religion en la tierra. Fueron estos primeros dis- cipulos unos pescadores toscos, rudos, ignorantes: y acom- pafiado de ellos empezé 4 recorrer las aldeas y ciudades, _predicando una doctrina, que habia de demoler el mundo carcomido por los falsos dogmas del paganismo en casi toda la tierra, y el mundo adulterado, aun en sus institucio- sate SN Bsc +0 te es